Lunes 1 de octubre de 2001

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Semana clave en la ONU sobre terrorismo

 

Ataque inminente de EE. UU. tras desafío del Talibán

 

El régimen afgano admitió que esconde a Ben Laden.

  La respuesta militar de Estados Unidos a los atentados suicidas del pasado 11 de septiembre se halla en una fase decisiva que podría culminar en las próximas 48 horas. La inminencia del ataque coincide con un nuevo desafío del régimen talibán, que por primera vez admitió que "esconde" al millonario saudí Ben Laden en territorio de Afganistán.
Fuentes estrechas a las operaciones militares que se diseñan para la contraofensiva sobre los talibanes, aseguraron ayer que EE UU y el Reino Unido lanzarán una ofensiva con misiles y aviación contra las bases terroristas en Afganistán en las próximas 48 horas. El objetivo principal es "aniquilar" a Ben Laden, además de asestar el máximo perjuicio a las fuerzas aéreas y terrestres del movimiento.
Alrededor de 20 mil soldados estadounidenses están listos para entrar en acción, con más de 300 aviones de guerra y 40 naves ya dispuestas apuntando hacia Irak y Afganistán.
Sin embargo, el servicio de inteligencia advirtió al gobierno de George W. Bush que si comienza la represalia, Ben Laden ya tiene preparada una respuesta letal contra EE.UU.
Inicialmente, los planes militares estadounidenses preveían una vasta campaña de bombardeos en Afganistán, pero hoy los generales ven pocas posibilidades para actuar.
Con los campos de los terroristas aparentemente evacuados, los únicos objetivos para un ataque aéreo serían los camiones cargados de ametralladoras y lanzamisiles, según fuentes militares.
"Poder atraparlos es como poder cazar el Pony Express", señaló una fuente del Pentágono.
De todas formas, ya hay algunos objetivos definidos. Para satisfacer el deseo de los estadounidenses de ver "explosiones", el presidente Bush está considerando realizar bombardeos sobre depósitos de opio en Afganistán.
Sin embargo, Arabia Saudita le negó ayer al gobierno de Washington el permiso para usar su territorio para realizar ataques contra otros árabes y musulmanes.
Según fuentes del Pentágono, las negociaciones de los últimos días con Pakistán le dieron a Estados Unidos "acceso significativo" a las bases paquistaníes, sobre todo para lanzar misiones de reconocimiento.
El embajador talibán en Pakistán, Abdul Salam Zaef, manifestó ayer que Ben Laden "está en Afganistán, escondido por su propia seguridad", y que ya ha recibido las recomendaciones de los ulemas de abandonar el país voluntariamente, pero "no ha dado ninguna respuesta".
Salam Zaef desmintió además que hayan detectado tropas de EEUU en suelo afgano.
El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, cuestionó las declaraciones del régimen talibán y recordó que "sólo hace unos días dijeron que no sabían dónde está, así que no tengo razones -agregó- para creer nada de lo que ha dicho un representante del régimen de los talibán".

Planean un gobierno de coalición para Afganistán

Dushambé.- El jefe de la misión de la ONU para Afganistán, el español Francesa Vendrell, conversó ayer sobre un futuro gobierno de coalición con la oposición afgana que combate al régimen talibán y espera un inminente ataque de Estados Unidos.
Vendrell, quien hace pocos días se entrevistó en Roma con el depuesto rey afgano, Mohamed Zahir Shah, considerado una figura que podría aglutinar a las facciones y clanes enfrentados en Afganistán, llegó ayer a Dushambé procedente de Islamabad, y sus conversaciones se centraron en el futuro gobierno afgano.
Nada más llegar a Tayikistán, Vendrell se reunió a puerta cerrada con Abdulá Abdulá, jefe de la diplomacia del gobierno afgano en el exilio del presidente Burhanuddín Rabbaní, derrocado por los talibanes en 1996.
Abdulá declaró después del encuentro que "las posiciones de la ONU y de la Alianza del Norte coinciden" en que el futuro gobierno de Afganistán tras la esperada derrota de los talibán deberá ser uno "de coalición" que represente "a todas las etnias y capas de la sociedad afgana".
La misión de la ONU en Dushambé dijo que también se trató en la conversación sobre el estado de la opositora Alianza del Norte tras la reciente muerte de su líder militar, Ahmed Shah Masud, y en vista de un eventual ataque norteamericano contra Afganistán.
Washington acusa al régimen talibán de dar cobijo al terrorista Osama ben Laden, presunto cerebro de los atentados terroristas en EEUU el pasado día 11 de septiembre, y de permitir que en el país funcionen decenas de campamentos de extremistas.
Vendrell informó a Abdulá sobre sus consultas con Zahir Shah y a su vez escuchó un informe sobre la situación en los frentes, donde distintas facciones opositoras intentan arrebatar a los talibán la capital, Kabul, y otras ciudades claves.
Antes de trasladarse a Dushambé, Abdulá dijo hoy en la localidad afgana de Hayyi Bajaudin, cuartel general de la Alianza del Norte, que una acción militar de EEUU contra bases terroristas y posiciones de los talibán es inminente y comenzará "en cuestión de días".
Abdulá declaró que la Alianza del Norte mantiene "permanentes contactos" con EEUU y aseguró que la operación norteamericana será sólo por aire, mientras que las ofensivas por tierra estarán a cargo de las fuerzas de la oposición. Agregó que la Alianza, asimismo mantiene contactos con Rusia, Irán y los vecinos países ex soviéticos que prometieron abrir sus cielos a la coalición antiterrorista y apoyan con armas a la oposición afgana.
El interés de Vendrell por la situación de la Alianza del Norte revela la preocupación de la comunidad mundial por las divisiones internas entre sus numerosas facciones, etnias, clanes y "señores de la guerra", que impiden una acción coordinada contra los talibán.
El "ministro de Asuntos Exteriores" de la oposición admitió que la muerte de Shah Masud, asesinado por terroristas, sembró cierta confusión en la Alianza del Norte y puso en entredicho la ofensiva que había lanzado recientemente.

Escenario: Un país en tensión

Afganistán, un país en el que conviven al menos seis etnias en permanente conflicto y con una dura guerrilla antitalibán en parte del territorio, espera el ataque estadounidenses en un tenso clima.
El río Pianzh separa Tajikistán, el único país del ex bloque soviético con presencia militar rusa, del territorio afgano. "Destacamentos armados de la Alianza del Norte operan a 50-60 kilómetros de Kabul", dijo ayer el encargado militar de la embajada afgana de esa fuerza en la ciudad tajika de Dushanbe.
"Hasta ahora no hemos recibido ayuda concreta alguna de los rusos, la estamos esperando", agregó. En el norte afgano no existe una línea del frente opositor.
Los milicianos de un poblado ubicado más allá del río están con el general Dostum Abdurashid, afgano de etnia uzbeka, socio de Rusia durante la guerra afgana.
En 1997, cuando los talibanes llegaron a Mazar-Sharif, la ciudad más importante del norte, Dostum con su avión personal voló a Termez, en Uzbekistan, centro de una de las más importantes bases militares que la Unión Soviética usaba en los tiempos de su ocupación en Afganistán (1979-1989).
Precisamente en Termez podrían aterrizar en los próximos días los aviones estadounidenses para atacar las bases taliban. "Dostum es sólo aliado de sí mismo, quiere retomar Mazar-Sharif, para luego alentar los vínculos con el frente anti-taliban. A él no le interesa recuperar Kabul", dijo una alta fuente militar rusa.

Foto: Los afganos siguen cruzando en masa hacia Pakistán ante la inminencia de los ataques de Estados Unidos. Los talibanes desafían verbalmente y se espera lo peor para las próximas horas

     
     
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