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Rácing tuvo una tarde deslumbrante

Los académicos apabullaron a San Lorenzo y ahora quedaron como únicos líderes del torneo Apertura.

Rácing Club fue una aplanadora. Goleó ayer al campeón a lo campeón, 4-1 a San Lorenzo en el "Cilindro" de Avellaneda, y es con justicia el único líder del Apertura.
Por primera vez en el torneo Rácing redondeó una actuación deslumbrante y refrendó en el juego sus pretensiones de quebrar el maleficio de los 35 años sin títulos domésticos.
Si bien faltan doce fechas, más de la mitad de la competencia, Rácing le causó a uno de los candidatos su segunda derrota consecutiva (tercera si se considera lo ocurrido frente a Flamengo en la Mercosur).
Además, este éxito frente a los azulgranas le permite al equipo de Reinaldo Merlo ponerse a una distancia de 3 puntos de Belgrano, su entusiasta escolta.
Rácing sigue invicto, pero por fin, hubo que esperar ocho capítulos, prevaleció con autoridad.
El partido ante San Lorenzo fue electrizante, con un ida y vuelta constante, especialmente en el segundo tiempo, cuando Rácing lo definió porque el arquero Gustavo Campagnuolo ofreció una garantía de lo más solvente y adelante la figura de Estévez creció hasta límites insospechados.
Una multitud volvió a acompañar a Rácing y la hinchada de San Lorenzo ocupó el noventa por ciento de la popular, por lo que 46 mil personas ratificaron en las tribunas la victoria de la pasión a pesar del temporal.
Se trató del mejor primer tiempo de Rácing en el campeonato, ya que, además del gol de Loeschbor, llegó diez veces con peligrosidad.
Rácing monopolizó la pelota, inclinó la cancha hacia el arco custodiado por Sebastián Saja y creó más y mejores situaciones que San Lorenzo.
El anfitrión se sobrepuso inclusive al golazo de Pusineri, quien desde 25 metros resolvió terminar una pared con una comba perfecta, a la izquierda de Campagnuolo.
Antes y después de la apertura del marcador el gol estuvo en los pies de Diego Milito. A Rácing también le faltó la base de buena fortuna porque el mellizo Gustavo Barros Schelotto metió dos disparos en el travesaño, mientras San Lorenzo sólo equilibró las acciones cuando la pelota pasó por el control del armador Leandro Romagnoli y habilitó al incisivo Bernardo Romeo.
Así cuando caía el telón de la primera etapa, Campagnuolo le tapó al artillero santo lo que hubiera sido el segundo tanto.
Al comienzo del otro episodio, de nuevo fue Campagnuolo quien privó a Romeo del festejo.
San Lorenzo salió con una actitud más ambiciosa, se adelantó en el terreno y demostró que también quería ganar el clásico, pero en su retaguardia desnudó flancos por donde se filtró el escurridizo Estévez.
Estévez desequilibró a los 11 al picarle la pelota a Saja luego de un gran pase de Diego Milito.
Lo definió Bedoya con una pelota que capturó tras un pase deficiente de Romagnoli. El colombiano levantó la cabeza y tiró por encima de Saja.

Hubo bronca con el "Melli"

El partido estaba caliente. Ganaba Rácing 3 a 1 y estaba jugando muy bien. En una de las jugadas, Estévez apiló a varios por la izquierda, su centro cayó el área y Maceratesi anotó el tercero. El festejo en el estadio fue total, pero dentro del campo de juego, Gustavo Barros Schelotto le gritó el gol en la cara al arquero Saja (foto). Esa incorrecta actitud no le gustó nada al uno del "Santo", quien le recriminó esa acción. No todo terminó allí, porque cuando terminó el encuentro el golero azulgrana trató de agredir al mellizo, pero la situación no pasó a mayores, porque enseguida fueron separados.

El "Chanchi" se comió la cancha y el clásico

Gustavo Campagnuolo (8): más allá de alguna salida dubitativa en el comienzo, demostró seguridad y resultó decisivo al tapar tres mano a mano.
Francisco Maciel (7): el polifuncional apareció nuevamente en gran dimensión, tanto a la hora de los relevos como de entregar el balón.
Gabriel Loeschbor (8): convirtió el importante gol del empate y se mostró infranqueable a lo largo de todo el desarrollo.
Claudio Ubeda (6): en el inicio cometió algunas imprecisiones propias de un campo de juego anormal, pero terminó redondeando una eficiente labor.
Martín Vitali (7): mejor en el segundo tiempo que en el primero. Sus proyecciones en la etapa final fueron valiosas para la "Academia".
Adrián Bastía (7): un león quitando pelotas en el mediocampo. Le ganó el duelo a Leandro Romagnoli y superó a su "maestro" Pablo Michelini, de quien fue compañero en Racing dos temporadas atrás.
Gerardo Bedoya (7): su producción se eleva un punto por el golazo que convirtió. Demostró solvencia en la marca y oportunismo para escalar por su lateral.
Gustavo Barros Schelotto (6): su rendimiento fue intermitente, aunque demostró calidad técnica en muchas de sus apariciones. Debe corregir su temperamento.
José Chatruc (7): al principio fue puro vértigo, pero luego sus enganches desorientaron a los jugadores rivales. Volvió a ser la improvisada "manija" del equipo.
Maximiliano Estévez (10): fue la pesadilla del fondo "azulgrana" y la figura estelar de la cancha. Marcó un gol determinante como el segundo, mandó el córner que Loeschbor cabeceó al gol en el primer tanto y asistió a Maceratesi en el cuarto.
Diego Milito (5): el más flojo de su equipo. Desperdició nítidas chances de gol en el primer tiempo y no influyó en el juego más allá de su reconocida voluntad.

"Nos faltó un poco de suerte"

Maximiliano Estévez, figura de su equipo, remarcó que "Rácing jugó muy bien, pero en el primer tiempo faltó suerte para conseguir la ventaja que finalmente se concretó en el segundo. El triunfo es para los hinchas de Rácing, porque en este caso no tiene nada que ver que sea de Huracán".
Y agregó: "Yo estoy contento con la victoria del equipo que cada vez estamos más sólido con nuestro juego y eso es lo bueno".

foto: terminó el partido y los jugadores académicos se fundieron en un gran festejo.