Afganistán amenaza con vengarse de un ataque

Nueva York: entre la angustia y la esperanza

Shimon Peres no se reunirá con Arafat

Interrogaron en Buenos Aires a un copiloto de origen árabe

La "escuela" de Bin Laden estaba en Florida

Bush recibe un cheque en blanco para responderle al terrorismo

El Congreso autorizó el uso de la fuerza necesaria y fondos.

Washington.- Tras decidir una amplia movilización de la reserva militar, el presidente estadounidense, George W. Bush, recibió ayer un cheque en blanco del Congreso para emprender acciones de represalia por los atentados terroristas del martes pasado en los Estados Unido. En este sentido, el presidente declaró al país en estado de emergencia, una de las condiciones para movilizar unos 50.000 hombres de las reservas militares.
En un día emotivo en el que todo el país recordó a los miles de víctimas de los atentados, Washington adoptó ayer varias medidas que muestran un país unido en su búsqueda de una respuesta adecuada al peor acto terrorista de la historia.
"Este país es pacífico, pero feroz cuando se le revuelve hasta la ira", anticipó Bush en su mensaje en la Catedral de Washington, durante una ceremonia religiosa en recuerdo a las más de 5.000 víctimas.
Bush anunció que "este conflicto ha comenzado al compás y bajo los términos de otros, pero terminará en la forma y el momento que nosotros elijamos". El Departamento de Justicia dijo que 19 hombres de origen árabe secuestraron los cuatro aviones de pasajeros y deliberadamente estrellaron tres de ellos contra los dos rascacielos más altos de Nueva York y el Pentágono en Washington. Todos los indicios siguen apuntando al millonario saudita Osama Bin Laden, refugiado en Afganistán.
Algunos de los participantes en el atentado se entrenaron como pilotos en Florida y tomaron los controles de los aparatos en el último momento para embestirlos contra los edificios.
Bush viajó con escolta de cazas militares a la golpeada ciudad de Nueva York, donde inspeccionó desde un helicóptero el devastado corazón del sector financiero del bajo Manhattan. Después, visitó a las brigadas de rescate que trabajan entre los escombros y les habló por megáfono entre aplausos y gritos de "USA".
Las opciones de represalia que sopesaban las autoridades estadounidenses iban desde fuertes bombardeos hasta ataques de tropas de élite en Afganistán, según fuentes militares.
La advertencia de venganza por parte del movimiento Talibán aumentó el nerviosismo en los mercados financieros, donde existe incertidumbre de cómo reaccionarán los inversores cuando reabra el lunes la Bolsa de Nueva York —la más poderosa del mundo— tras su más larga interrupción desde 1914.
Las principales bolsas de Europa cerraron el viernes con pérdidas. El dólar cayó y los precios del crudo se dispararon ante la preocupación de que ocurra una escalada de violencia en Oriente Medio.
Para la guerra contra el terrorismo internacional, el presidente recibió el apoyo total que esperaba del Congreso, tanto en el plano económico como en el político. En un gesto de unidad propia de las auténticas crisis, las dos cámaras aprobaron por unanimidad una partida presupuestaria de 40.000 millones de dólares para financiar las tareas de rescate y las operaciones de represalia.
Además, el Senado también aprobó por unanimidad una resolución que autoriza "el uso de la fuerza necesaria y apropiada" contra los responsables de los atentados terroristas del martes.
La Cámara tiene previsto aprobar la misma declaración anoche.
La Casa Blanca quería la resolución para mostrar la "unidad del país", ya que, con más de 5.000 muertos, la fatídica jornada del 11 de septiembre se ha convertido en la más trágica en la historia de los Estados Unidos. El mandatario autorizó a llamar hasta a 50.000 reservistas, en lo que constituye la movilización más importante desde la Guerra del Golfo (1990-1991). El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, llamó inmediatamente a 35.500 reservistas para ayudar a las fuerzas en activo a mantener la seguridad del país, sobre todo en tareas específicas de patrulla terrestre, marítima y aérea, además de apoyo logístico.

Primera orden de arresto

WASHINGTON (ANSA) - El Departamento de Justicia de Estados Unidos confirmó ayer que uno de los sospechosos detenidos en las últimas horas para aportar "testimonios materiales" sobre los atentados del martes está ahora detenido "en estado de arresto".
Poco antes, fuentes cercanas a los investigadores de los atentados habían adelantado que ya se había producido la primera detención en el marco de la pesquisa para hallar a los responsables.
La justicia estadounidense emitió ayer la primera orden de captura contra un presunto responsable por los ataques.
La portavoz del Departamento de Justicia, Mindy Tucker, adelantó la noticia pero no reveló quién es el detenido bajo arresto.
En las últimas horas, las fuerzas de seguridad han detenido a decenas de personas, pero hasta ahora ninguna había sido arrestada acusada de un delito.

Evalúan la actitud de los aliados

El Secretario de Estado Colin Powell, quien trata de forjar una alianza internacional para una acción de castigo contra los responsables de los ataques, afirmó que Washington juzgará a las naciones por su voluntad de colaborar.
"Esto se ha convertido en una nueva manera de medir la relación", dijo en una rueda de prensa, donde señaló que el grado de cooperación de los países afectará la asistencia futura de Washington. "Si no responden (los países), y nosotros consideramos que eso contribuye a más terrorismo ... eso ciertamente afectará el tipo de relación que tendremos en el futuro", precisó. Powell obtuvo el respaldo público de dos naciones clave —Pakistán y Arabia Saudita— que, junto con los Emiratos Arabes , son los únicos que reconocen al gobierno del Talibán.

Foto: Los principales líderes estadouni-denses escuchan a Bush en el servicio religioso en Washington.