Jueves 5 de julio de 2001
 

Temas pendientes surgieron del debate sobre presas

 

Arroyito tiene una limitación ante una gran crecida."Propusimos la solución y Nación no respondió".

  El debate de martes sobre seguridad de presas permitió conocer dos problemas estructurales que esperan solución en el sistema ubicado aguas arriba de los valles del Negro.
Uno de ellos es que ni el dique compensador de Arroyito -sobre el Limay- ni el de Portezuelo Grande -en el Neuquén- están preparados para soportar las crecidas máximas posibles ni aun crecidas cuyo nivel de probabilidad es mayor que las más extremas.
El gerente general de Hidroeléctrica El Chocón SA, Roberto Fagan, reveló ante el auditorio una situación que hasta el momento no había tomado estado público, aunque en niveles técnicos es manejada desde hace al menos siete años.
"Por una cuestión de seguridad máxima, hay que prever todo lo que puede pasar aunque no pase", afirmó Fagan al ser consultado ayer por teléfono, para requerirle mayores precisiones sobre la cuestión.
Detalló que las normas de manejo del agua que rigen en la cuenca exigen que las operadoras de las represas puedan erogar los caudales máximos aun en casos en que la central hidroeléctrica se encuentre detenida por rotura de las máquinas o por cortes en la energía.
Con la central a pleno, pueden ser turbinados por Arroyito 930 m3/seg, y otros 2.600 m3/seg. pueden ser evacuados por el vertedero. Esto da un total posible de erogación de 3.500 m3/seg. Este tipo de niveles corresponde a una baja probabilidad, ya que equivale a una gran crecida, de las que se producen una vez cada cien años.
Fagan explicó que el contrato de concesión obliga a que la empresa operadora pueda evacuar ese nivel de agua y aún más -4.350 m3/seg.- aunque la central esté fuera de servicio.
En ese caso, se pueden mantener abiertas las compuertas del vertedero, pero eso sólo permitiría erogar 2.600 m3/seg.
"Hemos estudiado el tema durante dos años, y nuestros técnicos han llegado a la conclusión de que la mejor solución es subir el peralte de Arroyito con agregado de materiales un metro y medio más. Eso permitiría dos ventajas: embalsar parte de esa crecida y, a la vez, al tener mayor altura, las compuertas pueden sacar más agua por el vertedero, y así podríamos soportar la crecida máxima probable evitando que la presa sea destruida y que se afecten vidas y bienes ubicadas aguas abajo".
El costo de esa obra, puntualizó, es relativamente bajo, ya que sería de 3,5 millones de dólares.
"En 1996 elevamos la propuesta a la Nación, pero no hemos recibido respuesta. Sabemos que el ORSEP habría sugerido otra alternativa, pero no estamos en condiciones de evaluar su viabilidad porque no disponemos de la información suficiente". Esa alternativa, se conoció, sería aprovechar la "revancha" -capacidad de mayor embalse que la permitida- que tiene el lago de El Chocón, aunque a criterio de algunos técnicos, eso implicaría estar sometido al riesgo de que el viento originara olas que sobrepasaran la presa, dañando su coronamiento.
Sobre quién debe pagar la obra para remediar el defecto estructural de Arroyito, Fagan manifestó que "no nos corresponde a nosotros hacerla porque se trata de un problema de mal diseño. Estamos dispuestos a contratarla y dirigirla porque sabemos que el Estado ya no tiene una estructura de ingeniería como para hacerlo, e incluso le propusimos descontarla de las regalías, para que no tengan que desembolsar el dinero para hacerla".
Añadió que la propuesta de elevar la cota de Arroyito fue considerada la óptima por el panel de consultores externos que visitó el complejo hidroeléctrico el año pasado.
La obra pendiente significa agregar piedras gruesas y compactar. Sólo eso, indicó el directivo de El Chocón SA, tarea que podría realizarse con ingeniería y contratistas locales.
El segundo problema fue planteado por el delegado regional del ORSEP, Francisco Giuliani. El ingeniero manifestó que tampoco ese dique tiene capacidad para contener la crecida máxima posible y que, también en este caso, el tema fue planteado a la Nación y no ha tenido respuesta."La discusión es quién paga estas obras, si la Nación o las provincias", afirmó, y el interrogante quedó sin respuesta.
   
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