Domingo 22 de julio de 2001 | ||
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Cumbre del G-8: Siguen la violencia y el desacuerdo entre las grandes potencias |
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Manifestantes y policías volvieron a dejar a Génova en el caos.Gobernantes se negaron a cancelar la cita por la muerte de un joven.En las reuniones, hubo escasos avances en los temas clave. |
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GENOVA. - Una nueva jornada de violencia vivió ayer la ciudad de Génova, donde unas 300 mil personas manifestaron contra las políticas globalizantes en medio de corridas, desmanes y gases lacrimógenos, que causaron al menos 220 heridos, según cifras oficiales. Los líderes del Grupo de los Ocho (G8, Estados Unidos, Japón, Alemania, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Italia y Rusia) prosiguieron ayer con su asediada cumbre, ignorando pedidos de cancelarla, tras la muerte de un manifestante italiano. En un comunicado, destacaron que fueron elegidos libremente e insistieron en que su cónclave anual se enfoque en temas claves para un mundo más amplio, como economía, empleo, comercio y ayuda humanitaria. Los líderes estaban menos unidos en sus gestiones a puertas cerradas sobre el tema ambiental y las ayudas al desarrollo. Había una seria división con respecto al tratado de Kioto sobre calentamiento global entre el estadounidense George W. Bush y sus socios europeos. (ver aparte) "Somos 300.000. Hemos ganado", fueron las palabras iniciales del discurso del líder de los movimientos anti-globalización, Vittorio Agnoletto, tras una segunda jornada violenta en las calles de la capital lígure. Los disturbios tuvieron como protagonistas al ala dura de los manifestantes "antiglobalización" y a la represión policial. Los heridos probablemente superen la cifra oficial, pues la mayor parte de ellos recurrió a los servicios de primeros auxilios del Genoa Social Forum, que reúne 19 grupos que intentaban marchar en forma pacífica. Por otra parte, la autopsia realizada ayer a Carlo Giuliani, el joven fallecido el viernes, reveló que murió consecuencia de un disparo en la cara que penetró en su cabeza por un pómulo y salió por su nuca. Cuando fue arrollado por la camioneta, ya estaba muerto, dijeron los médicos. En tanto comenzó a circular una nueva versión del episodio, revelada por el vespertino Le Monde: no habría sido el carabinero de 20 años, hospitalizado en estado de shock y acusado de homicidio voluntario quien disparó, sino otra persona que estaba a cinco o seis metros de distancia, que habría hecho dos disparos. La marcha pacífica del Genoa Social Fórum (GSF) había empezado ayer por la tarde cuando se produjo la primera estampida. Un grupo de anarquistas vestidos de negro, con cascos y barras de hierro, iniciaron los desmanes incendiando todo lo que encontraban a su paso: automóviles, tarros de basura, negocios y hasta el atrio de un banco. Lanzaron bombas molotov y arrancaron los adoquines de las calles para lanzarlos contra la policía y los escaparates. La tensión llegó a su punto máximo cuando la policía anti-motines empuñando escudos de plástico comenzaron a lanzar gases lacrimógenos y a golpear con sus bastones a los manifestantes que escapaban de la plaza Rosetti, donde los incidentes dividieron en dos la manifestación pacífica del GSF. Mientras la cabeza de la marcha estaba llegando a Plaza Guicciardini, donde estaba previsto un acto, la "cola" quedó rezagada, aislada del resto, prácticamente cercada entre la policía y los anarquistas. Fueron momentos de pánico porque en pocos minutos la plaza se convirtió en un campo de batalla, con densas columnas de humo negro que se desprendía de los numerosos incendios y el olor acre e insoportable de los gases lacrimógenos. Los manifestantes pacíficos temieron un desborde de la violencia . La televisión italiana mostró las imágenes de los manifestantes del GSF mientras cercaban y neutralizaban a algunos de los extremistas del black block, anarquistas irreductibles. De parte del Genoa Social Fórum llueven las acusaciones contra las autoridades y fuerzas del orden por no haber controlado la violencia de los anarquistas y "cargar contra los manifestantes pacíficos" - dijo Agnoletto. La marcha más grande de la historia de la protesta anti-globalización se cerró con un silencio absoluto en la plaza para Carlo Giuliani, primera víctima del movimiento que puso fin, según los analistas, a la era del G8. (ANSA-Reuters). Discrepancias sobre el medio ambiente GENOVA (ANSA) - Los jefes de Estado y de gobierno del Grupo de los Ocho, que sesionan en Génova, evidenciaron ayer sus divergencias sobre los dos puntos principales de su agenda, el clima y la ayuda al desarrollo, y confirmaron así las críticas de los antiglobalizadores, que consideran inútiles las cumbres del G8. |
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