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Siguen la violencia y el desacuerdo entre lasgrandes potencias
"Black Block": los más duros
El Black Block es un grupo que emplea una táctica de protesta experimentada en Seattle (30 noviembre-4 diciembre 1999) durante las manifestaciones contra la Conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Ese accionar se repitió en Praga (26-28 septiembre 1999) cuando la ciudad fue asediada durante la reunión del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Luego actuaron en Quebec (20 de abril de 2001) contra la cumbre de las Américas y por último en Goteborg (14-15 junio pasado) contra el Consejo Europeo (UE).
Uno de los líderes del "Black Block" es el estadounidense Colin Clyde, de 22 años, "Eugene" para sus amigos. Cuando fue condenado a un año de libertad vigilada a causa de los incidentes de Seattle, el adolescente de cabeza rapada declaró: "antes de nosotros la protesta era terriblemente aburrida". Los secuaces de Clyde, en sus tácticas de guerrilla, se colocan máscaras y ropas negras, atacan los objetivos capitalistas y buscan el enfrentamiento con la policía. Para la policía Colin y sus seguidores son el enemigo número uno dentro del pueblo antiglobalización.
Los secuaces norteamericanos del grupo se inspiraron en los movimientos de autónomos alemanes que usaron esas tácticas en los años 80, y la palabra "Black Block" fue acuñada por la policía germana.
Polémica por las ayudas
El mandatario estadounidense también expresó divergencias acerca de las ayudas al desarrollo, afirmando que es necesario incluir en las ayudas a Africa todas las acciones de la comunidad internacional en materia de mantenimiento de la paz y del arreglo de conflictos.
Los colegas de Bush consideran que ha tenido lugar un cambio de espíritu en los africanos y que es necesario ahora establecer con este continente relaciones de asociación.
De todos modos, en materia de lucha a la pobreza, tras el anuncio ayer de la creación de un Fondo para la Salud, también los Ocho Grandes decidieron adoptar un plan de acción para colmar el llamado "abismo tecnológico" entre el norte y el sur del mundo.
Un plan que permitirá a los países más pobres beneficiar de las enormes oportunidades ofrecidas por la innovación tecnológica.
El canciller italiano Renato Ruggiero hizo saber que el año próximo puede ser lanzada otra iniciativa del mismo tipo, pero destinada a la educación.
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