El Parque Nacional Nahuel Huapi tiene, en toda su extensión, numerosos lagos, ríos y arroyos ideales para la práctica de la pesca deportiva. En sus cauces existe una rica variedad de salmones y truchas: trucha marrón, trucha de arroyo, trucha arco iris y salmón encerrado. También percas, bagres y una especie de pejerrey, especies autóctonas de las aguas de la Patagonia.
Para la pesca deportiva, el Parque Nacional Nahuel Huapi cuenta con los lagos: Moreno, Gutiérrez, Mascardi, Hess, Fonck, Correntoso, Espejo, Traful, Falkner, Villarino y Nahuel Huapi. Entre los ríos se destaca el Limay.
Para este deporte es indispensable tener el permiso de pesca, intransferible y que puede ser semanal, quincenal, mensual o por temporada.
Entre los salmónidos, las especies más relevantes son las que siguen.
La trucha marrón, propia de los ríos y lagos de aguas cristalinas. Es originaria de Europa y fue introducida al Nahuel Huapi en 1930.
En la actualidad, es posible obtener un buen ejemplar en cualquiera de los ríos y lagos de la zona. Su cuerpo es ágil, con cabeza robusta y tosca. La boca es ancha y dentada. La cola, con el borde posterior recto y sin manchas. Todo su cuerpo está punteado de manchas negras, pardas o rojizas, rodeadas de un halo blanquecino. La coloración varia según el ambiente.
La trucha de arroyo es oriunda del Este de los Estados Unidos y fue introducida al país en 1904. Es un pez relativamente pequeño, su carne es rosada y muy sabrosa. Su coloración es vistosa y no soporta temperaturas mayores a los 20º C. El cuerpo es corto y el lomo muy corvo, sobre todo en los machos; la cola es más bien cuadrada, con manchas irregulares bastante pronunciadas, el cuerpo está salpicado con puntos marrones, verdes, amarillos, rojos y azules, sin manchas en el lomo. Su dorso es marrón verdoso y el vientre blanco marfil, cambiando sus colores en época de reproducción.
La trucha arco iris es originaria del Oeste norteamericano, se ha reproducido en cantidades asombrosas en nuestra zona. Es la especie más rústica y adaptable a nuestras aguas y a las condiciones climáticas. Posee una gran resistencia a las variaciones de temperatura, llegando a soportar hasta 25º C. La intensidad de la coloración puede variar según el ambiente y la época.
El salmón encerrado, denominado así porque nace, vive y muere en aguas dulces, torrentosas, frías y cristalinas, no migra al mar como las otras especies de salmones del hemisferio norte. Es de aspecto más ahusado que el de la trucha, su cabeza es pequeña en relación al cuerpo y los ojos están retrasados respecto al extremo posterior del maxilar. Tiene manchas negras en todo su contorno, distribuidas por encima de la línea lateral. La aleta caudal tiene el borde posterior ligeramente cóncavo según la edad. Abunda en el Lago Traful y el río homónimo, como también en los diferentes ríos de la zona.
En las aguas de la zona existen dos variedades de perca: la de boca grande y la de boca chica. Su cuerpo es ahusado, compacto y ligeramente comprimido. La aleta caudal es ancha y robusta, que favorece los desplazamientos rápidos e imprevistos. Las aletas ventrales, anchas, blandas y de forma alargada, se insertan en posición torácica inmediatamente después de los pectorales. La boca es ancha, provista de numerosos dientes robustos, muy móviles y de mediano tamaño. El cuerpo está recubierto por escamas ásperas y sus colores se tornan más intensos y brillantes en época de reproducción.
El pejerrey patagónico tiene el cuerpo esbelto y algo reducido, de color amarillento plateado con un punteado negro en el borde expuesto de cada escama. Posee una franja plateada azulada a los largo de los flancos. Las aletas pectorales son cortas y no se superponen con las ventrales. La boca es protáctil. Su población ha disminuido en los ambientes en que han prosperado los salmónidos.