Desde hace años hay una sangrienta lucha de poder entre el gobierno paquistaní y los islamistas. Los "guerreros de Dios" atacan especialmente desde el noroeste del país. Su objetivo es la imposición de la ley islámica, la sharia. El gobierno central tiene un control limitado en los territorios tribales en la frontera con Afganistán. La región montañosa es zona de refugio de talibanes y miembros de Al Qaeda. Los islamistas respondieron a las ofensivas militares con graves atentados en ciudades paquistaníes.
La República Islámica de Pakistán, potencia nuclear e importante aliado de Occidente en la lucha contra el terrorismo, no logra el control en las provincias conflictivas. Las regiones del noroeste son gobernadas por combatientes talibanes y tribus pashtunes. Se cree que en la región semiautónoma de Waziristán se esconden importantes miembros de Al Qaeda.
El Ejército comenzó en la primavera una ofensiva y mató oficialmente a más de 2.000 rebeldes en la región norteña de Swat, que no corresponde a las zonas tribales semiautónomas. Entre 1979 y 1989, cuando la Unión Soviética intentó sin éxito lograr el control militar en la vecina Afganistán, muchos insurgentes se agruparon en Waziristán. En aquella época, los insurgentes eran apoyados con armas y dinero por Estados Unidos, Arabia Saudita, Pakistán e Irán. (DPA)