Los que atraviesen esta puerta pierdan toda esperanza. "Vil romance" es una película sin concesiones. Aquí no hay espacio para la ternura. Para la reflexión filosófica. Para el cotilleo primaveral. En este mundo seco y despiadado no hay eufemismos que aminoren el impacto de la realidad.
En el barrio de José Campusano no hay ternura pero sí romance. Romance vil. Y que nadie, pero nadie se olvide de estas palabras.
La historia no es del todo compleja. Un joven gay inicia una relación con una suerte de Pappo de los suburbios que en lugar de tocar la guitarra se dedica a vender armas "limpias" a distintos delincuentes. El hombre tiene sus contactos y a medida que la película avanza el pibe va entendiendo en que clase de infierno se ha metido.
Lo curioso y sorprende del filme de Campusano, es que por encima de este panorama sobrevive la creatividad y la comicidad a través de atinados diálogos que al tiempo que distienden situaciones de ridícula brutalidad, también sirven como pasaporte hacia las zonas más profundas de la historia.
Uno de tantas. Cuando el chico le exige a su nueva pareja una relación sexual más equilibrada. "No soy pasivo, entendés, yo también tengo necesidades". A lo cual el rocker, pelo largo, musculosa, botas de cuero responde muy macho: "Te imaginarás que una cosa como esa no se puede definir mate de por medio".
"Vil romance", premio Descubrimiento del Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse, protagonizada por Nehuén Zapata y un increíble Oscar Génova, es de lo mejor que hemos visto en este festival.
La vitalidad de la película no está opacada en lo absoluto por lo truculento de las historias de vida que contiene el guión. Muy por el contrario, Campusano demuestra que entre -y no más allá de- la marginalidad, la carencia y la violencia, hay espacio para el deseo y la búsqueda de ciertas agradables rutinas y un mínimo estabilidad. Y esta revelación, esta máxima, escrita sobre la puertas del Cadalso, nos permiten entender que tan viles pueden ser las personas y que tan lejos son capaces de llegar en procura del amor.