La hazaña de Juan Martín del Potro sólo es comparable con lo que alguna vez concretaron Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini.
Desde las tribunas del coqueto estadio Arthur Ashe, Willy vibró y disfrutó al ritmo de un partido infartante. Él era el único hombre argentino en conquistar el US Open antes que el gigante tandilense le diera una lección al mejor jugador de todos los tiempos. Desde ahí, desde las gradas, Vilas aplaudió a un Del Potro que llegaba a este partido como punto.
Vilas, ganador de cuatro GS, se quedó con el Abierto norteamericano en el año 1977, cuando todavía se jugaba sobre la arcilla de Forest Hills.
Más acá en el tiempo, en 1990, Gaby hizo lo suyo ya sí en Flushing Meadows, aunque su consagración fue en el estadio Louis Armstrong, entonces cancha central del US Open, hoy escolta del increíble Arthur Ashe.
Hace 32 años Willy se dio el gustazo de vencer, sobre clay (una arcilla un poco más rápida que el polvo de ladrillo), nada menos que al local Jimmy Connors, el máximo ganador de títulos individuales (109, 47 más que Vilas). El 2-6, 6-3, 7-6 y 6-0 le dio derecho a un cheque de 30.000 dólares, cifra que hoy suena ridícula.
Para Sabatini este torneo es inigualable, porque fue el único Gran Slam que ganó, allá por 1990, cuando derrotó a su eterna rival Steffi Graf por 6-2 y7-6 (7-4). Nueva York fue también la ciudad que eligió Gaby para anunciar su retiro del tenis el 24 de octubre de 1996, en el Madison Square Garden.