No los mueve el dinero ni la búsqueda de revancha. Sólo las ansias de cerrar una etapa de la vida y que la justicia pueda determinar que en la muerte de Ramiro existieron responsables.
"La vida del pibe no tiene precio. Para nosotros no tiene un valor. El tema es que se tomen cartas en el asunto, que alguien pueda adoptar una solución definitiva para evitar más tragedias", comentó casi con desesperación Bartolomé, quien todavía guarda los recortes de las noticias de Río Negro, donde desgraciadamente, se siguen sucediendo las tragedias en distintos puntos de región.
Las lágrimas de su esposa Silvia acompañan el ruego para que las autoridades, tanto provinciales como de la empresa provincial Viarse, tomen medidas "urgentes" y se termine con el largo listado de tragedias en las rutas.
"Para nosotros no hay retorno ni devolución. La responsabilidad que pueda haber no me satisface para nada todo este sentimiento que tenemos nosotros. Pero es tiempo de que alguien haga algo. De que se tomen medida", aseguró.
Ya pasaron cinco años del accidente y la familia Bartolomé sigue aguardando con paciencia la respuesta de la justicia rionegrina.