10 de junio de 1991. Jaycee Lee Dugard, de 11 años, camina hacia la parada de ómnibus en la localidad de South Lake Tahoe, a unos 200 kilómetros de San Francisco, en California, Estados Unidos. Un vehículo ocupado por una pareja se acerca a ella y la secuestra ante los ojos de su padrastro. Fue la última vez que la vieron. Hasta ahora.
La joven que hoy tiene 29 años apareció en una comisaría junto a un hombre con aires de pastor religioso y antecedentes por violación, reveló su verdadera identidad e hizo salir a la luz otra perturbadora historia de secuestros y embarazos.
El caso sacude a Estados Unidos. En especial, luego de que se supiera que la joven tuvo dos hijas con su captor y después de que el hombre acusado de secuestrarla saliera a hacer declaraciones radiales en las que negó el secuestro pero no la relación con Dugard.
Phillip Garrido, de 58 años, a quien sus vecinos y conocidos describen como un hombre ultrarreligioso, dijo en una cruda entrevista telefónica con un canal local: "Van a caerse de espaldas y al final descubrirán la historia más impactante y reconfortante".
Tras haber sido detenido, no admitió ser autor del secuestro pero reconoció que el nacimiento de su primera hija con Jaycee le cambió la vida.
"Si le cuento la historia de lo que sucedió en esa casa, se quedará completamente impresionado. Es algo desagradable de principio a fin, pero cambió a mi vida", dijo Garrido a la prensa.
"Tenía a estas dos niñas pequeñas (las hijas que concibió con Jaycee Lee). Ellas se dormían en mis brazos todas las noches desde que nacieron. Nunca las besé, hay que ir lentamente", confesó. Según el "Sacramento Bee", las niñas tienen 15 y 11 años.
Desde que fue raptada Dugard estuvo viviendo en casa de su supuesto secuestrador a unos 330 kilómetros del lugar donde fue vista por última vez.
El padrastro de la víctima, Carl Probyn, explicó a la prensa que Jaycee y las dos hijas que supuestamente tuvo con su raptor se "encuentran muy bien".
Según Probyn, la madre de Dugard "me dijo que Jaycee se siente muy culpable por los vínculos que tiene con ese hombre".
También dijo que no entiende por qué la joven no salió a la luz pública antes.
Durante años, el hombre estuvo bajo sospecha de haber participado en el secuestro.
Garrido fue interrogado por la Policía en una comisaría ya que lo vieron acompañado por dos mujeres y dos niñas en el predio de una universidad, repartiendo volantes religiosos. Por sus antecedentes de violador tiene prohibido acercarse a menores.
Una de las mujeres era su esposa, la otra se presentó ante los policías como Allissa pero enseguida brindó su verdadero nombre: Jaycee Lee Dugard. Las niñas eran sus hijas y de Garrido. (AFP, BBC, DPA)