NEUQUÉN (AN)- La amplia zona de meseta que rodea las ciudades de la Confluencia ha sido utilizada en numerosas oportunidades para esconder cadáveres. Sólo el azar o la declaración precisa de algún testigo permitieron, en esos casos, encontrar el lugar exacto del ocultamiento.
El cuerpo de Gimena fue hallado a unos 30 metros de un cruce de picadas 7 kilómetros al norte de Centenario. Es un lugar de fácil acceso y se puede llegar hasta allí en vehículo desde Neuquén o desde Centenario por alguno de los innumerables caminos que utilizan en especial las empresas petroleras. Pero es imposible divisar el sector en el que estaba el cuerpo, que además había sido cubierto con tierra y ramas.
Junto al camino pasa un gasoducto y en el sector donde quedó el cuerpo puede verse un mojón con el número 13.
La zona de meseta fue elegida por los asesinos de Diego Becerra para ocultar su cuerpo. El joven mendocino fue estrangulado y quemado el 20 de octubre de 2007, y los investigadores hallaron el cadáver por una confesión.
El azar, en cambio, permitió hallar cerca de Neuquén el cuerpo de Noema Acuña, la mujer asesinada el 25 de octubre de Cutral Co. El caso no fue esclarecido.
Lucrecia Lescano estuvo desaparecida varios días hasta que por casualidad encontraron su cuerpo en la meseta cerca de El Chocón, el 17 de julio del año pasado. Su marido está detenido por el crimen.