NEUQUÉN (AN).- El cadáver de Gimena estaba vestido sólo en su parte superior, tenía los pantalones bajos y las zapatillas colocadas.
El detalle de la posición de los pantalones fue el primero que hizo presumir que sufrió un ataque sexual en ese lugar, aunque se contrapone con otro dato: hay signos de que su cuerpo fue arrastrado ya sin vida por los sujetos que lo escondieron en ese sector.
Por eso se maneja la hipótesis de que no tenía esa prenda colocada cuando murió, y que se la pusieron de apuro antes de abandonar el cuerpo.
A través de numerosas fuentes policiales y judiciales "Río Negro" pudo saber que los restos estaban en una hondonada. "Da la impresión de que es un pozo natural, no fue cavado con una pala ni objeto similar", agregaron las fuentes.
En las inmediaciones hallaron dos palas que serán peritadas pero no tendrían vinculación con el hecho.
Los autores taparon con tierra casi todo el cuerpo de la víctima y sólo algunas partes quedaron al descubierto, por ejemplo las zapatillas, según trascendió. También le arrojaron ramas encima.
Según la información con la que cuentan los investigadores, "la trajeron en moto, fueron dos tipos, a ella la traían en el medio". En algunos sectores del duro terreno de la meseta quedaron las huellas de ese rodado menor.
Respecto de la fecha de la muerte, uno de los policías asignado al caso indicó que "fue el mismo día que desapareció. El intenso frío que hizo en esta zona mantuvo el cuerpo casi intacto".
Al momento de desaparecer, Gimena vestía una campera negra de nailon con capucha y otra de hilo, remera amarilla y zapatillas negras y blancas.