Fortín Mercedes floreció como una avanzada militar pero la presencia ceferiniana cambió el eje al convertirse en uno de los lugares más visitados por el turismo religioso y los peregrinos de la fe.
Acompañan el santuario de María Auxiliadora donde ayer se realizó la ceremonia de entrega de los restos, dos grandes colegios atendidos por los salesianos, un camping sobre las orillas del río Colorado, y un museo regional misionero. Este posee alrededor de 3.000 piezas de botánica y zoología, mostrando además la acción de los salesianos en la Patagonia.
Los fines de semana juntan alrededor de 300 personas de todo el país, estimándose que pasan por allí alrededor de 60.000 al año. Muchos de ellos, suelen pernoctar en un hotel llamado "Descanso Ceferiniano", y vuelven a sus hogares con el alma renovada por haberse bañado en las aguas medicinales de las termas que fluyen a 70 grados desde 970 metros de profundidad.
"No creo que la ida de Ceferino afecte el turismo", dice el panadero y profesor de Catequesis, José Luis Onorato. Como hijo de la casa religiosa y con la camiseta puesta, pudo renovar su espírutu y mantener la frente bien alta, luego del duelo: "los contingentes van a seguir viniendo igual".
Norma Ferretti de Dorronsoro, desde el museo aclara: "muchos venían convencidos que los huesos estaban en Chimpay, por lo tanto nuestra misión de aquí en adelante será seguir educando y dar a conocer todo lo que sirva para tonificar a la gente".