Muchos hondureños, para evitar ser detenidos se aventuran por las selváticas montañas, evitando los retenes militares. "Río Negro" se internó en la selva con el guía Vitalino Aranda y un grupo de militantes hondureños y nicaragüenses, que iban al encuentro de un grupo enmontañado. En ese grupo venían los diputados de UD Silvia Ayala y César Ham, este último candidato a presidente en las próximas elecciones.
El piso es arcilloso y cubierto en gran parte por hojas y gramilla, con una tupida vegetación que en muchos lugares dificulta el paso. Pero lo que más dificulta el paso es la falta de luna, lo que hace que la noche sea cerrada, y no se puede abusar de las linternas porque sería peligroso ante la cercanía de la línea fronteriza y la posibilidad de que haya militares hondureños por la zona. Después de una hora de dificultosa caminata encontramos al grupo en cuestión y la alegría contenida se refleja en comentarios en voz baja: "Bienvenidos, compañeros, están en el territorio libre de Nicaragua, ya no se preocupen". Abrazos, hasta algunas lágrimas.
"Fue terrible -contó Ayala-, no sólo por lo complicado del camino, sino también por el seguimiento del Ejército, éramos un grupo grande, algunos se lesionaron y no hemos comido en todo el día, pero estamos contentos porque aquí nos están recibiendo compatriotas nicaragüenses, pero quiero decirte que no venimos aquí huyendo, no venimos aquí exiliados, venimos a seguir organizándonos porque la lucha continúa".
César Ham, en tanto, todavía exaltado, dijo: "Estamos felices de haber llegado para apoyar a nuestro presidente, junto a otros miles de hondureños, vale la pena cualquier calambre, cualquier sacrificio, cualquier dolor, siete horas de caminata, porque aquí se juega el futuro no sólo de Honduras sino el de nuestro pueblo, nuestros hijos y de toda América Latina".
El trágico destino de Muñoz
Pedro Muñoz había encendido una fogata el viernes a la noche frente al retén de El Paraíso, y empezó a echarles el humo a los policías y militares apostados allí y armados hasta los dientes. Hasta que lo detuvieron, cerca de las siete de la tarde, cuando comenzaba a anochecer en esa población a 20 kilómetros de la frontera propiamente dicha. No se supo más de él, hasta que a la mañana siguiente fue encontrado su cuerpo con 36 puñaladas en la espalda y signos de haber sido torturado. Tenía sus documentos y pertenencias consigo y el Ejército admitió haberlo mantenido prisionero hasta las siete de la mañana, y los forenses dijeron que su muerte se habría producido cerca de las tres de la mañana. Era albañil, vivía en un barrio pobre de la ciudad de Tegucigalpa, y había llegado en moto a esa población de frontera para intentar cruzar a Nicaragua para acompañar al presidente constitucional de su país de regreso a Honduras.
Otro que intentó hacer lo mismo fue el líder de Vía Campesina y del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, Rafael Alegría. Él sí pudo llegar hasta la frontera, pero apenas se acercó al retén, fue apresado por la policía. Lo confirmó a este diario el propio teniente coronel del Ejército Luis Recarte: "Sí, lo detuvieron y se lo llevaron a El Paraíso, pero no puedo decirle nada más porque eso es cosa de la policía".
Del lado hondureño de la frontera llegan versiones de que hay cientos de detenidos y algunos dicen que estarían alistando el Estadio Nacional de Tegucigalpa para concentrar a los prisioneros.
MARIANO SARAVIA
Especial para "Río Negro"