| | | | | | Click para ampliar | | En la feria municipal de Viedma se da el mayor intercambio cultural con los inmigrantes afincados en el Idevi. | | | Todos coinciden en diferenciar explotación infantil de colaboración familiar e inicio de las tareas agrícolas junto al resto de los integrantes del grupo. "Los chicos acompañan a la familia, aprendiendo la labor, pero no dejan de venir nunca a la escuela", dice la directora. "La explotación infantil no existe a nivel laboral y familiar. Por muy pequeño que sea, cada uno tiene sus responsabilidades, según sus posibilidades y sus competencias. No puede un menor de cinco años trabajar a la par de uno de 18 o de 25, pero sí ayuda, y tiene relación con el trabajo y la tierra. Hay una distribución muy buena del tiempo, y por eso dicen en la escuela que los mejores alumnos son bolivianos, aún con todas esas responsabilidades", afirma el cónsul. En la feria municipal se da el mayor intercambio cultural. Allí llegan también los niños que venden los productos. René, con sus manos curtidas de cosechar papas, extraña la escuela en estos días de suspensión. Él, como sus hermanos, ayuda en la chacra. "Los niños están permanentemente junto a sus padres aprendiendo los secretos del trabajo. ¿Qué pasa si no nos ayudan?, terminan yendo a las ciudades, engrosando las villas miserias. Tenemos chicos que desde las chacras han llegado a las universidades", cuenta Gualberto Arce, un boliviano arribado a Argentina a los 9 años en 1966, que aquí creció, estudió hasta la Universidad y ahora trabaja una chacra familiar. Como un líder de la comunidad, lleva adelante la iniciativa de la cooperativa que le otorgará mayores beneficios a los pequeños productores del Idevi, tanto bolivianos como aquellos argentinos, que trabajan en el lugar. | |