El mobbing es una técnica de acoso y hostigamiento laboral, con implicancias físicas y psicológicas, que persigue la finalidad de que el empleado renuncie a su trabajo sin que la empresa tenga gasto indemnizatorio alguno.

Para ello se valen de distintas metodologías que van desde lo sutil, caso de cargos gerenciales, a lo obvio y grosero como las que sufren los empleados de súper e hipermercados. Las mujeres son las que más consultan al respecto mientras que los hombres prefieren tomar los desaires de sus jefes como un trato a soportar. Este tipo de agravio que se produce en los ámbitos laborales se da de arriba hacia abajo y es una práctica que no sólo la padecen los trabajadores del sector privado sino también del público, que es el más viciado por las cuestiones políticas.

La idea de que el trabajador se aleje de su puesto lleva a caer en un todo vale.

Es así que se habla de la aplicación de protocolos, pequeños manuales de procedimiento con los cuales se hostiga sutilmente al empleado obligándolo a renunciar sin que esto signifique un costo extra para las firmas. Estos protocolos, que recién comienzan a desembarcar en el país, son más que conocidos en Europa.