VIEDMA (AV)- El peor final. Ana Carla apareció muerta ayer al mediodía en la costa del río Negro, en Viedma.
La intensa búsqueda que había comenzado el viernes por la tarde, terminó unas 18 horas después, cuando los perros de la División Canes marcaron el sitio donde podría estar la menor. Un rastrillaje posterior dio con el cuerpo, semisumergido, en un sitio casi inaccesible entre matorrales y arbustos.
En la Comisaría Primera, en tanto, permanecía ayer detenida quien fue la pareja del padre de Ana Carla hasta hace unos pocos días.
Todos los indicios apuntan a que Miriam Troche, de 27 años, habría asesinado a la hija de su concubino, presa de los celos y la furia.
"Mañana te paso a buscar y vamos a darle una sorpresa a tu papá", cuentan que la mujer le dijo a la pequeña el día anterior, al cruzarla circunstancialmente.
El viernes a la mañana, cerca de las 11 las vieron juntas. Habrían caminado desde cercanías del barrio América, donde Ana Carla vivía con su mamá, María Mónica González, hacia el oeste, en dirección al barrio San Martín.
Los investigadores reconstruyeron el recorrido sobre la base de testimonios y con el aporte de los perros rastreadores.
"Hasta parece que pasó por la estación de servicios y le compró golosinas", dijeron fuentes policiales.
Una relación compleja
Cuentan los informantes que durante la última semana Miriam habría tenido una fuerte discusión con Carlos Masello, papá de Ana Carla, ya que le molestaba su contacto con la niña. Aparentemente pretendía romper ese lazo afectivo y poner distancia. La relación entre ambos era compleja y por este motivo Carlos habría decidido terminar con su pareja.
Los pesquisas creen que ahí se encuentra el móvil del infanticidio.
Cerca de las 11, Miriam llevó a Ana Carla a pasear. Horas más tarde María Mónica llamó a su ex marido para preguntar por la chiquita.
Aturdido, el hombre fue a preguntarle a la mujer por la nena, pero Miriam negó que ella la hubiera ido a buscar. Se inició así la intensa búsqueda.
Por la noche llegaron los perros entrenados que realizaron el seguimiento.
En la Comisaría 34, Miriam Troche, permaneció algunas horas hasta que a la 1.30, con algunos indicios fuertes, el juez Carlos Reussi ordenó su detención por sustracción de persona. Entre insultos de los familiares de la chiquita, que ya presumían lo peor, la mujer fue trasladada inmediatamente a la Comisaría Primera.
"Sureño", el perro de la División Canes de Viedma dio la pista. Primero, durante la noche marcó la chacra hasta la que habrían llegado la mujer y la pequeña caminando a través de una huella que se extiende a lo largo del terraplén de defensa detrás del barrio San Martín, en forma paralela a la ex ruta 3.
Ahí, la niña habría sido arrojada al agua.
Luego el perro ubicó el sitio exacto hasta donde el cuerpo derivó con la corriente.
El lugar está unos 250 metros río abajo, entre matorrales y arbustos, "Sureño" se detuvo. A su lado iban efectivos policiales y el padre de la menor. Desencajado, presa de un dolor insuperable, el hombre fue testigo del tremendo hallazgo.