Las autoridades bursátiles acusaron ayer al financista R. Allen Stanford de llevar adelante un "fraude gigantesco y en curso" con la venta de alrededor 8.000 millones de dólares en certificados de depósito, con la promesa de tasas de retorno de más del 10% a los inversores. La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) señaló que el banco hizo aseveraciones "improbables e infundadas" sobre su capacidad de generar rentas "seguras" de más de 10% y engañó a los inversores acerca de su exposición al fraude piramidal Madoff.