DENVER, Colorado, EE. UU. (AP/AFP).- El presidente Barack Obama promulgó ayer el paquete de estímulo económico, con una de las mayores inversiones en la historia de Estados Unidos, para sacar pronto de la recesión al país con 787.000 millones de dólares. Sin embargo, el pesimismo sobre el futuro de la economía estadounidense y mundial se mantiene, con un aluvión de malas noticias y fuertes caídas en todas las bolsas del mundo. (Ver aparte)
"Con la promulgación de este plan de rescate, junto con la ley de extensión del seguro de salud para niños, hemos hecho más en 30 días que en la última década", aseguró Obama en una indirecta crítica a su antecesor George W. Bush antes de firmar el documento.
El plan de reactivación está diseñado para crear o ahorrar 3,5 millones de empleos, recomponer la vetusta infraestructura de EE. UU. y estimular el consumo interno.
Obama advirtió a los estadounidenses que no esperan un pronto giro drástico en la economía y que la intervención del gobierno había terminado. "No quiero aparentar que hoy marca el fin de nuestros problemas económicos´´, manifestó Obama. "Tampoco constituye todo lo que vamos a tener que hacer para poner de pie a nuestra economía. Pero hoy sí marca el comienzo del fin´´.
El paquete incluye inversiones en obras públicas como la reconstrucción de autopistas y la red ferroviaria "de costa a costa", la refacción de hospitales y escuelas públicas, la financiación de proyectos de energía limpia y el envío de decenas de millones de dólares a los gobiernos estatales, que están con sus presupuestos en rojo . Hay una exención impositiva de 400 dólares para la mayoría de los trabajadores y de 800 dólares para las parejas.
El escenario, el Museo de Naturaleza y Ciencia de esa ciudad, tuvo por objeto resaltar las inversiones que la nueva ley hará en empleos relacionados con la energía limpia. También permitió a Obama alejarse de Washington, donde la aprobación de la ley fue prácticamente una cuestión partidista y los republicanos votaron en contra de la ley, para rodearse de quienes podrían beneficiarse con la enorme intervención del gobierno.
Obama se apresta a terminar su primer mes en el cargo, los primeros días del nuevo gobierno que ha atestiguado una tormenta persistente de malas noticias económicas y un pesimismo entre la población.
Tras la victoria legislativa con el paquete de estímulo, Obama ofreció adoptar medidas igualmente vigorosas para apoyar al sistema financiero estadounidense que está sumido en graves problemas, aliviar el sufrimiento de los estadounidenses en riesgo de perder sus casas con embargos hipotecarios y rescatar a la tambaleante industria automotriz. Ayer, las compañías General Motors Corp. y Chrysler, que ahora se mantienen a flote con préstamos federales de emergencia por un total de 13.400 millones de dólares dieron a conocer sus planes de viabilización a largo plazo. Chrysler hizo saber que necesitará 5.000 millones de dólares adicionales para asegurar su supervivencia. General Motors anunció por su parte que prevé eliminar 47.000 empleos en todo el mundo en el 2009, la mayoría en Estados Unidos. El Tesoro indicó además que GM podría pedir 30.000 millones de dólares en ayuda de aquí al 2011.
El presidente dejó Colorado en dirección a la vecina Arizona para anunciar hoy otra de las iniciativas de recuperación, un paquete de 50.000 millones de dólares para ayudar a las 10.000 familias que pierden sus casas a diario por no poder pagar sus hipotecas. Este proyecto fue mencionado la semana pasada por el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, como parte de un amplio plan de rescate del sector financiero que podría bombear hasta 2 billones de dólares a los mercados, pero no fueron revelados detalles. La prensa especula con moratorias o disminución de los intereses como las piezas centrales del plan. Más de 2,3 millones de propietarios enfrentaron ejecuciones hipotecarias el año pasado, un 87% más que en el 2007, y el número podría llegar a los 10 millones.
