La Justicia sospecha ahora que el empresario Néstor Lorenzo puede ser un engranaje clave de una red de laboratorios que manejó un negocio millonario con un guiño desde ciertas reparticiones del Estado. También lo vinculan con las ramificaciones judiciales del "farmagate" que investiga la ruta de la efedrina en la Argentina.
El pasado 5 de diciembre Oyarbide allanó su casa en el barrio de Nueva Pompeya. En el domicilio hallaron documentación que lo vinculaba con la gerencia de las firmas San Javier, Multipharma (aportantes de la campaña K), Digital Eco, Elaboradora de Productos Biológicos y CityWatch. En una carpeta, Lorenzo había guardado los recibos de la campaña para Cristina Fernández de Kirchner por casi un millón de pesos.
"Perfil" señala que los tentáculos de Lorenzo son infinitos. Su apellido figura asociado a Carlos Horacio Torres, otro fiel contribuyente a la campaña K que preside el directorio de San Javier y también Multipharma. Los investigadores de Oyarbide también descubrieron recibos de los aportes de Torres por 155.000 pesos en la casa de Lorenzo.