Solicito Sr. director tenga a bien publicar la presente carta de lectores, pues no siempre las autoridades educativas hacen el reconocimiento que se merecen los docentes cuando han optado por jubilarse.

Me refiero en este caso a la Sra. profesora Alicia Castro, que venida del norte de nuestro país se afincó y ejerció la docencia en casi todos los niveles de enseñanza: primaria, media y terciaria de la zona de Cutral Co.

Su profundo sentido de pertenencia al lugar y sus constantes inquietudes de perfeccionamiento le permitieron egresar primero de profesora de enseñanza primaria, luego profesora en el Nivel Inicial y por último profesora de lengua y literatura.

En consecuencia, su accionar escolar trascendió los muros de las escuelas, evidenciando actitudes comunitarias y solidarias aun en épocas difíciles y con muchas dificultades, las que enfrentó con valor sin claudicar por la defensa de los derechos humanos.

Deseo mencionar a manera de ejemplo algunas actividades con fuerte contenido pedagógico-social que compartí con Alicia, tal es el caso de ferias de ciencias y artesanías en la Escuela Primaria Nº 45, representaciones teatrales de sombras, recreaciones en la plaza, en particular generamos experiencias imborrables con los talleres de lectoescritura, de los cuales aun guardo cartas que los niños nos entregaban cuando cerrábamos los talleres.

A pesar de vivir en una época como la nuestra, tan vertiginosa y con un presente omnipresente, rescatar algo del reciente pasado es un desafío pero nos permite saber otra vez de modo distinto lo que somos.

Bienvenida Alicia a este otro lugar, segunda primavera de la vida, saludándote con mucho afecto y respeto.

María B. Cantisano, DNI 4.834.352

Prof. de Filosofía y Pedagogía

Plaza Huincul

En estos días estamos festejando un nuevo aniversario de nuestra querida ciudad de General Roca. Para los que nacimos y nos criamos aquí es una gran felicidad y orgullo verla tan bella y progresista. También me gustaría hacer una reflexión y recordar a los pioneros, entre ellos mi padre, Rolando Marcelino Zapata, quien a lo largo de cincuenta años de lucha, tesón y solidaridad aportó su granito de arena en beneficio de la comunidad, de la Iglesia y en especial de la Línea Sur.

Hasta allí, a partir de los años '40, como primer correo oficial del Correo Argentino, llegó en camión o en colectivo transitando huellas, ya que no había caminos. Transportó gente, remedios, cartas y lo que le pidieran, en un trabajito de hormiga muy valioso en aquellos pueblos alejados e inhóspitos como El Cuy, Sierra Colorada o Los Menucos.

Con agradecimiento, para coronar sus esfuerzos, colocó una cruz en un cerro que luego sería identificado como el "Cerrito de la cruz". Allí, cruzando el río Negro, aun siendo yo muy chica, acompañé a mi padre a la bendición de dicha cruz por monseñor Esandi, por entonces obispo de Viedma. Por todo esto, en estos días tan especiales, unimos nuestros corazones con mucho amor y bajo la protección de Dios festejamos los 129 años de nuestra ciudad.

Irma Zapata, DNI 3.616.854

Roca

Permítame, por favor, hacer pública esta carta a los muchos compañeros que a lo largo y ancho de la provincia han visto frustradas sus ilusiones y sus sueños de convertir a su partido político en gobierno de Río Negro. Esto sucedió de la mano de Mario Franco en 1973 y a partir de ahí sólo frustraciones han embargado el deseo de volver a hacer realidad este anhelo.

Pareciera que hasta los compañeros dirigente nacionales se han puesto de acuerdo para que esto suceda, sumado a los desencuentros y las ambiciones desmedidas de unos pocos compañeros para los que sobra una mano para contarlos. A pesar de los gobiernos desastrosos que convirtieron a la provincia en un Estado paternalista, mendigo, fundido, empeñado, donde las partidas para la producción y la obra pública tienden a desaparecer del presupuesto, donde la educación, la salud y la seguridad pública, cada día es más pobre y vulnerable, nunca pudieron lograr hacer realidad esa ilusión, ese sueño y anhelo de que esta provincia sea conducida por el Partido Justicialista; se podrán escribir libros de las deslealtades de cada elección y en todos los niveles -provincial y nacional-. Son las pretensiones de quienes desde 1983 -de un lado o de otro- estuvieron abrochados a los distintos poderes y durante décadas no fueron de la aceptación de los rionegrinos para acabar con esta dinastía radical.

Mi intención es llegar a todos aquellos compañeros que han sido descartados por las distintas conducciones, que en definitiva son los pilares que en cada elección vuelven para aportar su granito de arena, ¿para quién? ya lo sabemos, es necesario una convocatoria amplia de todos.

Rubén Ali Yauhar, LE 8.211.757

Los Menucos

Esta carta nace de la necesidad de contar lo que nos pasa, cómo nos sentimos y compartirlo para buscar fuerza y seguir adelante.

Esta carta nace de un grupo de pequeños productores y de una asamblea que lo acompaña. De un grupo de gente que trabaja la tierra, la de Mallín Ahogado y otros parajes, que produce a conciencia con sus manos y su corazón, de gente deseosa de conocimientos nuevos y viejos, de gente que tiene saberes y quiere compartirlos.

Y nace también desde el dolor y la bronca de sentir que nuestros gobernantes no acompañan nuestras necesidades, deseos, ni nuestro espíritu de organizarnos y democráticamente tomar las decisiones que entre todos creemos mejor para nuestra calidad de vida.

Y toda esta gente de la que hablo encontró un lugar dónde juntarse y soñar cosas y casas y huertas y mercados: es el "Emeta" (o CEA N° 3), un lugar donde nuestras opiniones y decisiones eran respetadas y hoy vemos amenazado de varias maneras. Ya no lo quieren cerrar, eso era muy directo, entonces optaron por vaciarlo de contenido, matarle el espíritu. Primero nombrando "a dedo" a una nueva coordinadora, sin respetar los mecanismos democráticos de elección que históricamente regían en el centro: elaboración de un perfil, evaluación del Consejo Institucional (que representa a miembros de toda la comunidad).

Luego, nos prohíben la construcción de nuestro tan ansiado mercado. Un proyecto que nace de la necesidad de los pequeños productores rurales de la zona para poder comercializar los excedentes de su producción.

Un proyecto que lleva años de esfuerzo, de juntarse, hacer feria, consolidar un grupo humano, un espacio de socialización y encuentro.

El mismo cuenta con el apoyo de varias organizaciones y se obtiene un subsidio para su realización: "¡Al fin nuestro mercado se materializaba!".

Pero no, la tiranía vuelve a usar sus viejos recursos de prohibiciones y amenazas, policías, jueces y todos sus aparatos para amedrentarnos.

Finalmente, también nos prohíben usar las instalaciones del Emeta los sábados, días en que nos reunimos.

Como en "una casa tomada", sólo esperan que les entreguemos la llave y sigamos hilando del lado de afuera.

Pero esta gente se olvida de la fuerza irrefrenable del saber que cuando una causa es justa no se abandona, se olvida de que nosotros no nos olvidamos de que ya no queremos que nos pidan nuestros nombres y "DNI", que no queremos su asistencialismo despótico.

Por eso decimos basta y pedimos solidaridad y apoyo, queremos que respeten nuestro lugar. Porque este lugar es nuestro, de todos, del que alguna vez hizo algún curso, del que tuvo ganas pero no pudo, del que alguna vez se comió un asado, del que plantó un ajo, de todos, y es nuestra obligación defenderlo y hacerlo crecer.

Abramos las puertas y las ventanas, el Emeta es nuestro, el Estado también en la medida en que nos podamos hacer cargo, construyéndolo, trabajando, "creciendo para arriba, sin veneno, como crece el maíz".

Mallín Ahogado, El Bolsón (Río Negro)

Grupo de pequeños productores

Mariana Sol Calvente

DNI 24.569.397

Mallín Ahogado

Tengo la desgracia de ser fumador, obviamente nunca voy a poder ser un maratonista, pero a las limitaciones físicas que siempre implicó, últimamente la sociedad se ha encarnizado con nuestra condición de fumadores, hecho que nos duele más al ver una sociedad en otros aspectos absolutamente permisiva de todas las desviaciones del género humano, está bien que por televisión se baile el baile del caño o se haga striptease o que una persona se case con un gato (me refiero a un animal), estamos aprobando el consumo de drogas, pero no vaya a ser fumador.

En San Martín de los Andes se está presentando para su aprobación una ley que prohíbe fumar en bares, restaurantes y lugares públicos.

Como los montañeses somos exagerados y los sanmartinenses ecologistas (desgraciadamente muchas veces más en el discurso que en la práctica personal), la ley propuesta no permite lugares para fumadores dentro de estos ambientes, tampoco autoriza bares para fumadores y si los autoriza es a través de un eufemismo, puede haber "tabaquerías" (es decir, tengo que ir a comprar puros para que me dejen tomar un café) pero no transformando lugares existentes. Creo que un natural derecho del que no fuma al aire puro está creando una real discriminación positiva hacia los fumadores.

La situación es casi pre-apartheid, cuando los negros no podían entrar en los bares públicos (hasta algunos de los justificativos son similares: el olor, la salud pública -salud en sentido amplio-. Los negros, es decir nosotros los fumadores, nos conformamos con el apartheid, déjennos bares y restaurantes para negros y que los blancos no entren si no quieren. En algún momento volveremos a tener bares donde todos estemos juntos, mas cuando la tecnología permite garantizar sectores de aire puro y sectores en los que se pueda fumar.

El tema tiene otra arista que si bien no es filosófica y de fondo, sí es banalmente práctica para un pueblo turístico como el nuestro. Cada vez más vienen a San Martín turistas europeos, ingleses, franceses, españoles, italianos, alemanes, etc. Cómo les explicamos a éstos, que seguramente vienen de países desarrollados, que acá no pueden fumar ni en los hoteles, cabañas, bares, restaurantes, etc. Hasta los estadounidenses, más exagerados por ser una cultura más nueva que la europea, permiten fumar en bares y restaurantes.

Pablo Velasco Suárez

DNI 14.223.655

San Martín de los Andes