La guerra de Georgia ha hecho huir a los inversores de Rusia de una manera sólo comparable a la crisis de 1998, cuando el país se declaró en bancarrota.
Esto, unido a la caída reciente de los precios del petróleo -la principal fuente de divisas- y al ligero retroceso del euro, ha dado como resultado una pérdida de 16.400 millones de dólares (unos 11.000 millones de euros) en las reservas de divisas internacionales del Banco Central de Rusia durante la segunda semana de agosto, todo un récord.
"Ahora esa fuga ha cesado", afirmó el ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, para intentar calmar a los mercados.
El gobierno calcula que en los primeros días del conflicto con Georgia, la fuga de capitales desde Rusia fue de 7.000 millones de dólares.
Kudrin se mostró optimista y afirmó que el país está preparado para afrontar la crisis, que, de llegar, en cualquier caso no tendrá las proporciones de la bancarrota de 1998, marcada por la devaluación del rublo.
Pero el Banco Central prevé que las inversiones extranjeras alcancen los 40.000 millones de dólares este año, cerca de un 24% menos que los 52.500 millones de dólares de 2007. "No veo grandes amenazas, más aún cuando el conflicto está prácticamente terminado; ya ha sido superado y se encontrarán soluciones", manifestó el titular de Finanzas.