NEUQUÉN (AN)- El forense Carlos Losada afirmó que el autor del disparo contra Carlos Fuentealba estaba ubicado a una distancia de 7 metros, conclusión a la que arribó luego de analizar la energía cinética de la granada de gas lacrimógeno que le impactó en la cabeza. El dato compromete al único imputado, el cabo primero José Darío Poblete, a quien los testigos ubican a menos de diez metros del Fiat 147 en el que viajaba el docente asesinado.
En cambio el médico que hizo la autopsia fue menos convincente al explicar otra de sus afirmaciones: dijo que en el hueso del cráneo de la víctima encontraron fibras de un material que sería plástico. Y agregó que se trataría de la punta del cartucho de gas lacrimógeno.
Acorralado por las preguntas del defensor Ladislao Simon, Losada tuvo que admitir que no se habían analizado esas fibras y que tampoco se las había comparado con la tapa plástica del proyectil.
El cruce entre ambos, que se conocen desde hace muchos años -Simon actuó como fiscal de Cámara en Zapala-, fue muy tenso. Losada llegó a sentirse ofendido por las palabras del defensor, aunque se mostró predispuesto a aclarar lo que le pidiera.
Como informó ayer "Río Negro", a Simon le interesa demostrar que el cartucho de gas lacrimógeno no le impactó a Fuentealba por la punta. Esto se relaciona con que después de recorrer aproximadamente siete metros en la misma dirección en la que partió de la escopeta lanzagases, el proyectil pierde estabilidad.
El razonamiento del defensor es: si no le pegó con la punta sino con cualquier otra parte, quiere decir que el tirador se ubicaba a más de 7 metros. En consecuencia, fue alguien ubicado detrás de Poblete.
Losada comenzó su exposición de ayer señalando que el proyectil que impactó en la parte posterior izquierda de la cabeza de Fuentealba provocó un pequeño hundimiento de cráneo que fue mortal. En el punto de choque quedó una marca del tamaño de una moneda de 50 centavos. Añadió que en los laboratorios del Instituto Balseiro analizaron restos del cráneo con microscopio electrónico. Para su sorpresa, no encontraron aluminio (componente del cartucho) pero sí plástico.
Losada, quien dijo que nunca vio el proyectil secuestrado en la causa, viajó por su cuenta a Fabricaciones Militares donde se entrevistó con un coronel experto en balística al que le mostró los resultados del Balseiro -las parte relativa a esas fibras que serían plástico detectadas por microscopio-. Y el coronel -cuyo nombre no recordó- le dijo que evidentemente se trataba de restos de la punta de plástico del cartucho.
"Entonces usted lo aceptó por obediencia debida", dijo Simon, provocando el enojo del forense. También hizo notar que nada de esto figura por escrito.