Después de dar el gran golpe ante Brasil, el líder de las eliminatorias, Paraguay, fue hasta La Paz para medirse con Bolivia y su gran aliado, los 3.600 metros de altura.
"Es inhumano. Es como si alguien te corta el aire. Eso no es fútbol. Uno tiene que adivinar dónde está la pelota", se lamentó el delantero Nelson Haedo Valdéz a su retorno a Asunción con la delegación guaraní. "Se debería prohibir jugar allá", manifestó tras la derrota por 4-2.
Uno de los médicos de la selección paraguaya, Manuel Aguilar, advirtió que los efectos de la altura ya se sienten apenas al bajar del avión. Aguilar admitió que la altura no afecta por igual a todos los jugadores y citó el caso de Claudio Morel Rodríguez, que aguantó y fue el de mejor producción entre los paraguayos.
Reveló que Salvador Cabañas y Oscar Cardozo requirieron de oxígeno luego de ser cambiados en el segundo tiempo. "También le pasó lo mismo a Derlis Gómez, que ni siquiera jugó". El técnico Gerardo 'Tata' Martino también señaló que el partido no se dio "en condiciones normales".