El martes pasado explotó el rumor de que Juan Román Riquelme y Lionel Messi, quien contaría con el apoyo de Juan Sebastián Verón, no se llevan del todo bien fuera de la cancha. Y como si esto fuera poco, ayer trascendió que la 'Pulga' y Sergio Agüero -amigos íntimos-, no verían con buenos ojos compartir concentración con Román en los próximos Juegos Olímpicos de Beijing.
Sea o no verdad, Alfio Basile debería apuntar la mira en una dirección clara: tratar de que sus dos jugadores insignia afinen la onda cada vez que ponen la camiseta celeste y blanca, que busquen el mismo diálogo futbolístico y que pongan al servicio del equipo, su enorme talento.
Ante Brasil, la sociedad dio muestras en algunos pasajes de gozar de buena salud.
Hay que tener en cuenta que enfrente estaba el clásico rival, que no pasa por su momento más feliz es verdad, pero Brasil nunca deja de ser Brasil.
Minutos antes del partido hubo un abrazo fraternal de JR hacia la 'Pulga', en el medio del 'Mineirao'. Una imagen que no tiene mucho significado fuera de la cancha, pero en la previa al duelo más importante en la eliminatoria, no es poca cosa teniendo en cuenta el 'culebrón' que se formó en torno a los dos jugadores.
"Lo tomo como que es el trabajo de ustedes (los periodistas) y de algo tienen que vivir", dijo un irónico Riquelme, al que hace poco ya se le endilgó una supuesta pelea con Martín Palermo, en la previa al choque semifinal de la Libertadores ante Fluminense.
Riquelme y Messi se entendieron mejor en el 0-0 con Brasil en Belo Horizonte, que en el 1-1 con Ecuador en el Monumental. La tarea de Basile es buscar que la complicidad entre ambos talentos vaya en aumento por el bien de la selección.
Si entre JR y Messi falta química afuera de la cancha, lo mejor sería que no lo trasladaran adentro. Porque en el fútbol de alta competencia es difícil obtener resultados con las aguas divididas.