NEUQUÉN (AN)- El fiscal general de Bahía Blanca y presidente de la Comisión por la Memoria, Hugo Cañón, opinó que habría sido mejor no dividir la investigación del caso Carlos Fuentealba, porque "una de las deudas de la justicia es que generalmente la penalización recae sobre las bajas jerarquías" y nunca se llega "a los que tienen responsabilidades fundamentales". Agregó que "este es un crimen en el que tiene que ver la estructura del poder, el Estado provincial; hay responsabilidades que van más allá del autor material directo que está siendo juzgado".
Dijo que los policías que declaran como testigos "dan respuestas corporativas, hay un mal llamado espíritu de cuerpo, porque jamás se puede formar un espíritu de cuerpo en defensa de la criminalidad; siempre se debe estar a favor de la verdad y la justicia". Cañón asistió a la audiencia de ayer. En diálogo con la prensa, señaló que "desde el punto de vista institucional es uno de los juicios más importantes que se pueden estar desarrollando en el país por las implicancias que tiene y por la necesidad de que se haga justicia en democracia cuando se comete un crimen de esta envergadura".
Agregó que "se pone en valor si la Justicia realmente puede dar una respuesta que signifique reparación para la víctima y para toda la sociedad, por eso estoy acá en mi calidad de fiscal y como presidente de la Comisión por la Memoria que presido junto a Adolfo Pérez Esquivel".
Sobre la división de las causas, Cañón opinó que "corresponde hacer una investigación única, pero no siempre lo perfecto es posible. A veces hay que hacer lo posible y nada más, nos pasa también con el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad; lo correcto sería analizar todos los centros de represión y todos los responsables de los mismos, pero a veces la imposibilidad de hacerlo puede llevar a que se frustre el juzgamiento de al menos los que están al alcance de ser juzgados". "Tenemos una gran deuda, porque generalmente la penalización recae sobre las bajas jerarquías o sobre los sectores más marginales en la sociedad, pero no se llega a los de guante blanco que tienen responsabilidades fundamentales", indicó. Sobre los policías testigos en un juicio donde el imputado también pertenece a la fuerza, destacó que en estos casos "se dan respuestas corporativas" que "juegan negativamente desde un punto de vista, pero a veces es positivo porque ese discurso uniformado, esa forma de responder con una actitud monocorde, preacordada, programada, valorada con la sana crítica que tienen que tener los jueces, permite descalificar los testimonios a partir de esa uniformidad". En cambio los testigos de un crimen como el de Fuentealba "vivieron un momento traumático, de conmoción, entonces reconstruir todo ese relato es muy dificultoso y lo irán haciendo como puedan, y a los jueces les corresponde armar el rompecabezas".