Bajo la sensación de que en una unidad de tiempo mínima se puede jugar mucho de su suerte, así llega al fin de semana el gobierno nacional visto desde la perspectiva de varios de sus integrantes de mayor gravitación en el esquema de poder.
Este convencimiento se apoya en el descarnado diagnóstico que sobre la crisis que jaquea a la administración Kirchner se recoge entre figuras de gravitación en el oficialismo y se refuerza en análisis que por estas horas dibujan en la comunidad de servicios de inteligencia del Estado.
-"No me gusta hablar de tiempo de descuento, pero no quiero imaginarme lo que puede suceder si entre forcejeos de aquí y de allá, un ruralista pierde la vida... de ahí en más se disparará una situación cuya dinámica nadie puede decir por dónde irá" -comentó ayer a este diario una fuente de la SIDE.
Luego añadió:
- "El gobierno lo sabe. La Secretaría informó ya hace 48 horas de un "escenario abierto" cuya proyección está ajena a toda interpretación presente".
El Ministerio de Interior sabe, por información suministrada por la SIDE, que son cuatro como mínimo los "lugares calientes" en relación a posibilidades que la protesta rural se dispare por factores exógenos a ella misma: la totalidad de la provincia de Santa Fe, centro y sur de Córdoba, en la zona bonaerense Junín y vertebrado de mucho de la queja del campo, Capital Federal.
-"En este último caso -señaló la fuente- se sabe que la clase media reaccionaría por queja propia, sumándose a la situación. ¡Usted no sabe -se acotó a este diario- el malestar que se está anidando ahí a partir del disparo de los precios!".
Por otra parte, un clima muy enrarecido se vivía ayer en las bancadas oficialistas del Parlamento.
-"No participamos en nada... desde el lado del gobierno, la situación la maneja el bunker y nadie más" -se señala en diputados kirchneristas-. Un lugar donde se advierte que el titular de la bancada Agustín Rossi, "bordea la depresión cada vez que desde la Rosada le reclaman que salga a defender al gobierno".
A juzgar por los estados de ánimo recogidos, en el oficialismo parlamentario crece la sensación -siempre según las fuentes-, de que lo más grave es que no hay un atisbo de cambiar la tendencia" con que el gobierno parece irse encerrando en el tratamiento de la crisis.
-"Con el cambio del ministro Lousteau se perdió la oportunidad de salir rápido de la situación, pero nos quedamos anclados a ella para reproducir más problemas" -dijo anoche a este diario un senador de inclaudicable lealtad al kirchnerismo.
CARLOS TORRENGO