Todo retrocedió. Las cuatro entidades del campo volvieron a declararse en paro hasta el miércoles sobre las rutas. No dejarán pasar alimentos, salvo la leche y tal vez algún otro producto perecedero.
El levantamiento de la huelga del viernes duró un suspiro. Más de cuatro horas de diálogo tenso con el gobierno -en el que cada parte no cedió un ápice sus posiciones-, hizo naufragar la negociación
Primero se creía que podía reanudarse la reunión mañana, como esperaba el gobierno. Pero la declaración de vuelta al paro -situación inaceptable para la presidenta Cristina- pone en duda tal posibilidad, más allá de voluntades individuales.
El nudo que trabó la negociación está en las retenciones. Las cuatro entidades insisten con el pedido de suspensión de la aplicación de los impuestos móviles a las exportaciones. Pero el gobierno está intransigente en este punto. Sólo acepta contemplación con los "pequeños productores", a quienes prometió reintegros, flexibilidad en los fletes, refinanciación de deudas y poco más.
Con este cuadro, es poco probable que se sienten mañana, toda vez que la Casa Rosada había puesto como condición para dialogar que se "suspendan" las medidas de acción directa.
Ayer se cumplieron 17 días de paro, que siente la población en sus hogares, con la escasez de alimentos.
Hubo tensión entre los funcionarios del gobierno por la novedad del retorno de los piquetes. No se emitió ningún pronunciamiento; tampoco declaraciones. Sólo se hacían discretas gestiones y diálogos telefónicos informales con algunos de los dirigentes, para convencerlos de que vuelvan atrás con la decisión.
No había ánimo en el gobierno de blandir la amenaza de aplicar la Ley de Abastecimiento, para no tensar más la cuerda. La iniciativa de volver al paro la tomó la Federación Agraria Argentina. Pero luego le siguieron Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), y la Sociedad Rural Argentina (SRA). Más tarde, y juntos como lo hicieron siempre, ratificaron en un comunicado que mantendrán el lock out del sector hasta el "mediodía del miércoles 2 de abril", ante lo que consideraron "falta de respuestas" a sus reclamos.
Los dirigentes agropecuarios pusieron como condición para levantar la medida la "suspensión por 90 días" de la aplicación de las retenciones móviles a las exportaciones, para, en ese lapso, analizar el paquete de medidas que propuso el Gobierno en la reunión que mantuvo el viernes el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, con dirigentes del sector.
Sacrifican millones de pollos
Productores avícolas denunciaron que debieron matar 1.300.000 "pollos bebés] por la falta de alimentos necesarios y advirtieron que "las plantas procesadoras están llenas" de esos animales ya faenados que no pueden ser enviados a destino por los cortes de ruta.
Según un comunicado del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas que nuclea la producción de pollos en las provincias de Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Río Negro, San Luis, San Juan y Catamarca, la situación es "alarmante" y "atenta contra su existencia".
Los productores advirtieron que "por tratarse de un proceso continuo de producción no solo no puede detenerse sino que toda traba en sus etapas impacta en el producto final", como es el caso cientos de granjas que "tienen más de 10 días de atraso de edad porque no hay donde guardarlos una vez faenados". Es que los cortes que mantienen los productores agropecuarios en las rutas nacionales desde hace 17 días impiden la circulación de camiones con animales vivos por lo que las empresas se ven imposibilitadas para poder seguir la cadena de producción y abastecer así los comercios. (Redacción Central)