El consumo excesivo de alcohol por parte de los adolescentes es un fenómeno en constante aumento en la Argentina -sobre todo desde los últimos diez años y en forma ininterrumpida-.
El último año, la cantidad de chicos que beben bebidas alcohólicas aumentó cerca de un 30% y la edad promedio de inicio de consumo descendió a los 12 años. Una tendencia que afecta al 65% de los jóvenes argentinos y que pareciera que está fuera de control. En la Patagonia, estos porcentajes son ligeramente superiores a la media nacional. Acá, evidentemente, se bebe mucho más, incluso con registros de casos de alcoholismo de chicos de ocho años de edad.
Este es el panorama que detalla el "Tercer Estudio Nacional sobre la relación entre el uso indebido de drogas y la consulta de emergencia"; el último estudio realizado por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), entre 300 mil estudiantes secundarios de todo el país; más la opinión de especialistas de la región que brindaron las particularidades que nuestra zona presenta.
Beber muchísimo alcohol, especialmente cerveza, es el rito iniciático de chicas y chicos que en un alto porcentaje concretan en sus casas, según reconocen ellos mismos. "Es el mejor lugar para tomar". comentan. Esta actitud no la consideran "peligrosa" sino como "algo normal", especialmente para los fines de semana. No lo hacen solos sino en compañía de amigos, ante quienes construyen un rol de "cancheros" o de "nuevos adultos".
Se advierte también que el consumo de alcohol suele venir acompañado de un combo, donde figuran, en este orden, el tabaco, la marihuana, la cocaína, el éxtasis, solventes o inhalantes y tranquilizantes sin prescripción médica. Otros datos indican:
* El 42.2% de quienes tienen entre 12 y 17 años aseguran tomar bebidas alcohólicas.
* En la región, el 73.9% de los chicos al menos una vez en su vida bebió alcohol.
* Según el Sedronar, tomaron alcohol en el último mes unos 346 mil jóvenes escolarizados entre 15 y l8 años. De ese universo, el 27% reconoció haberse emborrachado, cifra que trepa al 48% cuando se preguntó por aquellos que, al menos una vez en los últimos l5 días, habían consumido cinco o más tragos.
* Estos porcentajes permiten determinar que unos 25 mil estudiantes secundarios reconocen haber sentido síntomas comunes al síndrome de abstinencia o malestares físicos o ansiedades que los llevaron a consumir nuevamente alguna bebida alcohólica.
Daniel Chiozzo, secretario de Salud de Río Negro, admite la "preocupación que genera el incremento del consumo de alcohol en la franja que va de los 12 a los 28 años de edad. Sólo en dos años, desde 2006, el consumo entre los jóvenes creció entre un 20 y 30%".
Maite Spina, del ministerio de Familia de Río Negro, sostiene que el mayor incremento en los casos de alcoholismo se da "entre menores de 14 años. Muchos sólo lo hacen para cumplir con ciertos ritos".
"El porcentaje de nuevos consumidores de alcohol en el último año fue del 27.1 para
la Patagonia", apuntó por su parte la doctora Elsa Acuña, médica del Servicio de Adicciones del Hospital Provincial Neuquén y miembro del Observatorio Provincial de Drogas de Neuquén.
La figura de los padres ausentes es una de las explicaciones que surge para entender esta problemática de carácter endémica. En este sentido, Marisa Camiletti, técnica universitaria en prevención de adicciones con trayectoria en Neuquén capital, distingue:
* al padre cómplice, con tolerancia activa, que incluso suele proveer de bebidas a su hijos;
* el padre resignado, que minimiza los riesgos que corre su hijo/a al beber alcohol y no hace nada para revertir la situación, y
* los cómodos, que simulan no saber lo que está pasando.
"El hogar, que antes era un sitio de contención para nuestros hijos ahora se ha transformado en la puerta de entrada para el consumo de drogas ilegales. En el pasado, el peligro estaba afuera del hogar; en el presente, adentro".
Camiletti sigue: una de las consultas que se les hizo a los chicos particularizaba a si "cuando salís de tu casa, ¿te preguntan adónde vas?". El 46% de los chicos cuyos padres le preguntaron adónde iba admitió que consumió alcohol alguna vez; a quienes sus padres no le preguntaron nada, el porcentaje de consumidores subió al 64%.
Los chicos están muy solos, es evidente, continúa Camiletti. "No tienen proyectos de vida porque no creen en el futuro. No ven posibilidades de realizarse. Es que sus adultos les hacen creer, casi todo el tiempo, que `todo está mal`. Sus adultos viven quejándose, protestando...viven cansados, trampeando y carenciados de toda ternura. Es lo que ellos dicen". Entonces, "¿qué querés que salga de semejante bajón?".
"Desorientación y desesperanza". Es la respuesta que da por su lado Claudia Kelly, licenciada en servicio social del equipo de adicciones del hospital Castro Rendón de Neuquén capital, al referirse al estado en que se encuentran los chicos, pretendiendo llevarnos a pensar con qué valores nos estamos moviendo hoy. "Prevalece en todos el valor típico del adicto, que es el del impulso y el de la ausencia de esfuerzo. El de no soportar el malestar y el de no tolerar la espera. Todo tiene que ser ya. Nada se consigue con sacrifico y trabajo sino con un llamado telefónico a un programa de televisión". Esto es lo que ella ve en sus pacientes -desde 14 años- que atiende día a día.
Dice además que el abuso de alcohol se ha transformado en el leit motiv de la diversión actual. "Se bebe en la previa del boliche y se va al boliche a tomar. Es una recorrida etílica que empieza cerca de la medianoche, en casas de familias libres de adultos o con adultos permisivos y sigue en los locales bailables hasta bien entrada la madrugada". Después vendrán las internaciones en los hospitales, como cierre de la movida.
"El alcohol es la sustancia que tiene mayor prevalencia en las consultas relacionadas con la ingesta de sustancias en las últimas seis horas al ingreso por la guardia en el hospital de Neuquén: un 82,4%", señala Acuña. Este porcentaje, en los hospitales rionegrinos, es parecido, según la Dirección de Estadísticas del ministerio de Salud provincial.
"Los datos son apabullantes. El 49,2% de los jóvenes dice que toma bebidas alcohólicas en la actualidad y el 46% de los que beben realizaron un consumo abusivo en los últimos 15 días (cinco tragos o más", apunta Acuña. "En la Patagonia, el 70,6% probó alcohol al menos una vez en su vida y un 41.6 lo hizo en el último mes", agrega.
Los fin de semanas, cuando los padres no controlan, el 70% de los rionegrinos encuestados dijo que alguna vez probó alcohol; en Neuquén, el 69%; en el país, el 60%.
Camiletti arremete, con dolor: "los chicos evidencian una falta de aprecio total por la vida y la salud. Piensan y lo dicen `qué problema me voy a hacer si nada me importa`. El 59% de nuestros chicos reconocen que bebieron de modo abusivo al menos una vez el último mes. Carecen de juicio crítico, además, nuestros pobres hijos: por ello es que no ven el riesgo que corren cuando beben, como el de los accidentes de tránsito, los embarazos, contraer el HIV, violencia, el coma alcohólico o la destrucción de neuronas o del hígado, entre otras consecuencias".
Todos lo dicen: se está formando actualmente una generación de futuros padres alcohólicos donde no habrá gasto público posible que ayude a revertir en algo la tragedia que ya se empezó a vivir.
El alcoholismo juvenil debiera ser "un asunto de Estado", agregan las fuentes consultadas. Pero nadie parece hacer lo suficiente como para cambiar este destino.
HORACIO LARA
hlara@rionegro.com.ar
Colaboraron:
Julio Hernández y Luis Leiva