Pocas respuestas para quienes se acercaron a solicitar atención y mucho malestar en el ambiente fue parte del panorama que se observó ayer en las clínicas y sanatorios privados de Roca y Cipolletti, en el primer día del paro que efectuaron los trabajadores de la sanidad.
Aunque los trabajadores garantizaron una guardia de atención mínima para los internados, se supo que en Roca se efectuaron algunas derivaciones al hospital local.
Desde el gremio se estimó que el acatamiento fue superior al 80% en la ciudad.
En la clínica materno-infantil CEMyN la atención ayer fue nula. No se recibieron nuevos pacientes, no hubo atención externa de guardia y sólo se mantuvo el personal mínimo. En la Clínica Roca y el Sanatorio Juan XXIII también se redujo al mínimo la atención. Las personas que se acercaron a solicitar consultas con médicos directamente fueron derivadas a centros públicos de salud y también se rechazaron las internaciones. En el hospital roquense se observó un mayor movimiento, pero no se informó sobre situaciones conflictivas. De todos modos, se realizó un "relevamiento de camas" para "estar alertas" en caso de que fuese necesario concretar un plan de evacuación desde un centro privado.
En Cipolletti, a pesar de que el sanatorio Río Negro y el policlínico Modelo sólo atendieron urgencias, el hospital no se vio sobrepasado.
Carlos Baruf, jefe del servicio médico del nosocomio, recordó que previendo eventuales desbordes ellos suspendieron "todo lo planificado" e incluso hicieron los contactos necesarios para realizar derivaciones a Neuquén. Pero al menos ayer no fue necesario contar con esta opción.
El presidente del Colegio Médico en la ciudad, Rubén Mombrú, expresó su pesar por la situación, a la que calificó como "un caos".
(AR/AC)