Dos salas independientes que subsisten por autogestión y esfuerzo, otras dos que debieron cerrar sus puertas por falta de recursos para sustentar la actividad, y la ausencia de espacios adecuados para la actividad artística, son la punta del iceberg del cimbronazo que se vive en el quehacer cultural neuquino.En ese contexto "Río Negro" convocó a los representantes de las organizaciones independientes de la cultura a una mesa redonda, de la que participaron ARAN (Asociación de Realizadores Audiovisuales del Neuquén), AMI (Asociación de Músicos Independientes), TENEAS (Teatristas Neuquinos Asociados), La Conrado Centro Cultural y el espacio cultural El Lugar. El debate ocurre mientras crecen las expectativas de los hacedores del arte neuquino para conocer cuáles serán las propuestas culturales de los gobiernos municipales y provinciales.
-¿Cuáles son las razones por las que se cierran salas independientes?
-Marcela Canepa (El Lugar): El Lugar se cierra por un gran cansancio, después de doce años consecutivos de trabajo, antes y después del Instituto Nacional de Teatro. Y digo esto porque cuando ya había salido la Ley de Teatro y teníamos la sala, tampoco recibimos ningún tipo de sustento. Recién cuando llegué a Capital Federal pude recibir el subsidio del Instituto, un subsidio que sólo alcanza para cubrir dos meses y medio del
año. A la par de esto, nuestra sala tiene una capacidad de cuarenta espectadores. Ni siquiera teniendo la sala llena, con una entrada de diez pesos, podemos cubrir los gastos. Sumado a esto, en los últimos meses los alquileres se han ido a las nubes. Una sala como El Lugar tiene un gasto que no baja de los 1.800 pesos mensuales, de luz, gas y alquiler; sin mencionar la limpieza, el mantenimiento de la infraestructura, ni gasto de espectáculos, ni seguro de sala. Por otro lado, salió una ordenanza (la 10692) que regula las salas independientes de teatro que fue un gran avance, pero todavía no se pone en práctica porque no está reglamentada.
-Elsa Hernández (La Conrado): Para que circule un bien cultural o para que el espacio este dado para que ese bien cultural se instale en la comunidad, hacen falta circuitos de producción, que son netamente económicos y en general tienen que ver con la
gestión cultural. Hay dos tipos de gestiones, la independiente y la estatal. Recuerdo que el estado somos todos, que el dinero que ingresa de los contribuyentes va a los presupuestos, por ejemplo de Cultura. Hace tiempo que tenemos el artículo 107 de la Constitución Provincial, que se refiere a la circulación de bienes culturales. Cuando decimos bienes culturales hablamos de producciones artísticas. Cualquier producto, persona, artista para que tenga identidad, tiene que tener un territorio, un espacio. Si esos espacios no son contenidos por una gestión económica, se le suman otras variables: que no tenés apoyo de políticas oficiales, por ejemplo, para que no se burocratice la entrega de subsidios, para que los presupuestos asignados a Cultura sean de un dinero importante. Porque no se puede pensar que se va a sostener una orquesta con tres millones de pesos y vas a sostener una sala con dos mil o mil. No hay ingenuidad en esto, hay una decisión política seria de cómo se distribuye el dinero. En ese sentido, las salas no tienen sustento.
-Iván Sánchez (ARAN): Su
mado a esto están también los objetivos programáticos. No hay objetivos a largo plazo de ningún lado. Estamos peleando desde las asociaciones, en las asociaciones, por tener objetivos a largo plazo. Objetivos a largo plazo tiene que haber en todos los sentidos, en todas las gestiones; entre los artistas tenemos que decir qué teatro queremos, qué cine queremos de acá a cinco o diez o veinte años. Si no pensamos así, las salas van a seguir abriéndose y cerrándose.
-Gabriel Henríquez (AMI): Es una manifestación de un pensamiento político, no se puede analizar la ausencia de salas como disparador de algo, sino lo contrario, es una consecuencia de una idea de hacer política cultural enquistada en el poder y con una dirección política muy clara.
E. H.: Hay variables económicas y hay variables culturales en las que tenés que agregar gente idónea, porque para saber qué cine o teatro
queremos no puede haber un candidato que diga voy a hacer un teatro de 4 mil localidades porque puede no haber con qué llenarlo. Hace falta gente que sepa mirar la realidad, hacer diagnósticos, que sepa armar proyectos para determinar si conviene hacer un teatro para 200 personas o uno para 3 mil. Esto nos lleva a pensar que los que sabemos estamos casi siempre sin dinero y los que tienen dinero no saben nada.
-¿La construcción de un teatro adecuado resolvería el problema?
-G.H.: No, estas gestiones han tenido como una actitud románica, monumentalista. Está bien que se haga un teatro, por supuesto que apoyamos la creación de un teatro, nos hace falta, pero lo que se necesita es una política que transforme la realidad. El MNBA es precioso, no estamos en contra de esas paredes, estamos en contra de los que no se hace dentro de esas paredes. Esta bien que se construya un teatro pero el tema es el para qué.
E.H.: Empezar por pensar en que uno va a construir un teatro es no tener un diagnóstico general. Primero hay que identificar el problema que
tiene varias puntas.
Luis Rey (ARAN): Hay que pensar que el sector cultural tiene que incluir al sector privado. Hay que buscar la forma de que el sector privado tam
bién aporte. No es solamente el Estado, porque cuando las políticas cambian tiene que quedar algo. Hay que buscar un mecanismo para que las empresas también inviertan acá. El estado sólo tiene que normalizarlo, pero hay que concientizar a todo el mundo. Todos tenemos la necesidad cultural.
-Cristina Mancilla (TENEAS): Además, hay en danza una Ley de Mecenazgo que tiene media sanción en el Senado, pero tiene que ver con una cuestión muy delicada en la que los artistas tenemos que intervenir porque no es sólo el negocio de la cultura que da la industria cultural; sino también producir cultura, sostener la cultura, respetar la diversidad cultural y favorecer al artista para que pueda crear. El espacio de producción debería ser garantizado. El Estado debe dar un marco, no sólo legal sino económico, para sostener la producción en todos los aspectos y lenguajes. Debe garantizar la posibilidad de que el público pueda asistir a un espectáculo mayoritario y también que existan espacios de producción acorde a la medida local.
L.R.: En general, las propuestas siempre son desde
los artistas. Dentro de las cosas que faltan en las políticas es la generación.
E.H.: De lo que se trata es de cambiar el eje, porque lo que estamos identificando es la catástrofe, el fin del problema. ¿Por qué una sociedad, sus medios, sus artistas hacen evaluaciones cuando ya está el tsunami ?
-¿Qué salida concreta hay para mejorar la situación?
-E.H.: Normas legales, ordenanzas municipales que se reglamenten, que se cumpla el artículo 107 de la Constitución Provincial.
-L.R.: Es un punto clave que el Estado empiece e funcionar.
-L.R.: En cualquier política cultural, tiene que haber una participación activa de las asociaciones, no puede ser sólo el Estado y quien esté en él, tiene que haber una participación activa de los artistas. Tiene que haber un Consejo Consultivo de Artistas.
-G. H: Pensar en el nosotros, no en el artista aislado, en la soledad de acción. Nosotros pensamos que la actividad tiene que ser colectiva, juntar los intereses, la transformación es lo que nos va a salvar. Nos va a ayudar a construirnos y a reconstruirnos permanentemente. Porque a pesar de cualquier política los artistas producimos y existimos porque es una actitud de vida que tenemos con respecto al arte. El Estado tiene la obligación de facilitar, promocionar la cultura. Esto es una parcialidad de las necesidades sociales históricas que nos tocan, porque hay cosas mucho más graves que la dilapidación de fondos en kioscos personales de algunos funcionarios, hay cuestiones relacionadas con la justicia social que son las que abarcan a estas cuestiones culturales.
ROSANA RINS
rosana@rionegro.com.a
FLORENCIA LAZZALETTA
flolazzaletta@hotmail.com
