Ciento cincuenta y cuatro personas, entre ellas dos tripulantes argentinos, naufragaron ayer en el océano antártico, a 80 kilómetros de la isla 25 de Mayo, luego de chocar el crucero en el que navegaban contra un iceberg, tras lo cual pudieron ser rescatadas ilesas por un buque noruego. Habían pasado la noche en pequeñas balsas, en medio del viento y las aguas heladas del continente blanco. Los náufragos llegaron anoche ilesos a la base antártica "Presidente Eduardo Frei", de Chile, y hoy serán trasladados a territorio continental chileno, tras las complicadas tareas de rescate que se prolongaron durante toda la jornada. "Pasajeros y tripulación arribaron a la base Frei, de Chile, y mañana (por hoy), dependiendo de las condiciones meteorológicas, serán trasladados a Punta Arenas, en territorio chileno, en dos aviones Hércules C-130", confirmó a DyN el vocero de la Armada Argentina, capitán de navío Juan Pablo Panichini.
El portavoz naval dijo, además, que el crucero "Explorer" fue dado por hundido, después de que un avión P-3 Orión sobrevoló la zona del naufragio, y anticipó que continuarán los vuelos de monitoreo y control para detectar "eventuales derrames de combustible" por parte del buque. En tanto, voceros de la Secretaría de Medio Ambiente dijeron anoche que Romina Picolotti, titular del organismo, viajará hoy rumbo al área del naufragio, vía Río Gallegos, para "evaluar el impacto am
biental, tras recibir informes de derrame de combustible". Fuentes de la Armada y la Prefectura Naval explicaron que la embarcación británica, utilizada con fines turísticos, colisionó a la 1.15 contra un bloque de hielo, cuando navegaba por el Mar de la Flota, de 1.200 metros de profundidad. Detallaron que el siniestro ocurrió a unos 80 kilómetros de la isla 25 de Mayo, al sur de las Shetland.
Precisaron que el impacto causó "una avería en el casco (del crucero), que provocó un rumbo con una gran vía de agua, teniendo que activar todas las bombas de achique para mantener el buque a flote".
Las circunstancias del impacto se desconocían, aunque una de las tripulantes del crucero, Andrea Salas, porteña de 38 años y miembro del área de expediciones, contó que tras el primer contacto se registró un segundo choque que aceleró la evacuación. Salas -una de los dos tripulantes argentinos- contó que el primer choque contra un iceberg generó "un hueco que no era muy grande" en la nave, por lo que se "inició un bombeo para mantener el barco a flote" (ver recuadro).
Pasadas las 2:30, el capitán de la embarcación ordenó la evacuación de pasajeros y tripulantes, y controló el operativo desde el buque, junto al primer oficial a bordo. Las personas embarcaron en ocho botes zodiac y cuatro balsas salvavidas, mientras que el crucero noruego Nordnorge viajaba en su rescate, tras recibir información al respecto del Centro Coordinador de Búsqueda y Rescate Ushuaia, debido a que el buque europeo era la embarcación más próxima a la nave siniestrada. A las 6:15, pasajeros y tripulantes ascendieron al buque, con destino la base chilena Frei, a cuyas inmediaciones arribaron pasadas las 17 y donde permanecían anoche debido a que condiciones climáticas adversas impedían el desembarco. Fuentes de la Armada subrayaron que "todas las personas que viajaban en el Explorer" resultaron ilesas y detallaron que "sólo algunas sufrieron hipotermia leve".
La tripulación del buque estaba integrada por suecos, filipinos y dos argentinos, mientras que la mayoría de los pasajeros provenía de Europa y Australia. El buque había zarpado el 11 de noviembre desde Ushuaia. Tenía previsto realizar un recorrido de 19 días por la Península Antártica, con pasajeros que pagaron 38.000 pesos por el servicio. (Agencias)