NEUQUÉN (AN).- En los últimos diez años, los incendios con consecuencias más graves en Neuquén tuvieron un patrón común: la mayoría se produjo en viviendas o casillas construidas con materiales precarios y en las que habitaban familias numerosas.
El 25 de septiembre de 1998, seis hermanitos de 2, 6, 8, 10, 12, y 15 años murieron en la toma Esfuerzo porque no hubo agua para apagar el incendio que consumió en pocos minutos las combustibles paredes cartón y cantonera de la habitación. Sólo se salvó el mayor, de 17 años, pero porque estaba en casa de su padre.
Dos años más tarde, el 9 de abril del 2000, tres hermanos de 9 meses, 5 y 7 años que pertenecían a un familia de clase media, fueron las víctimas de un incendio en una casa ubicada en un barrio cercano al aeropuerto neuquino.
El 23 de octubre de 2001, también en una toma, dos hombres perdieron la vida por las llamas. Tenían 45 y 47 años y el origen fue un cortocircuito.
"La pobreza se cobró dos vidas en el oeste neuquino" tituló "Río Negro" el 24 de septiembre de 2002, cuando dos hermanitos murieron en la toma "Almafuerte".