A pocos días de dictar sentencia, los jueces tenían previsto recorrer hoy las instalaciones del lugar que funcionó como centro clandestino durante la dictadura. Fue allí donde uno de los sobrevivientes declaró haber sido visitado por el sacerdote.
La brigada de Explosivos de la Policía Federal determinó que no había ningún artefacto. La intimidación fue recibida mediante una llamada al ente, que se encuentra envuelto en una polémica por los índices de precios.