Están condenados a enfrentarse: Lionel Messi y Robinho no sólo nacieron en países irreconciliables en el mundo del fútbol, sino que además eligieron trincheras opuestas en su salto a Europa.
Ambos vivirán el capítulo más importante hasta la fecha de su aún joven rivalidad. Ya se han visto las caras en España y saben bien lo que es la tensión de Barcelona-Real Madrid, pero ahora la batalla es por algo más que tres puntos.
Messi, el "crack" del Barcelona, se ha convertido en el referente de la selección argentina, la gran favorita para alzarse con el título. Ha levantado de los asientos al público venezolano con sus genialidades y aunque no marcó tantos goles como Robinho, que es el máximo artillero del torneo con seis, el globo en carrera contra México lo transformó en gran candidato a "jugador del torneo".
"Es un enorme jugador. Si sigue así, ya lo veo en poco tiempo peleando el Balón de Oro", aseguró el propio Robinho, quien maneja los hilos de un equipo, ante la ausencia de Kaká y Ronaldinho.
De la actuación de Robinho y Messi dependerá en gran parte el destino del encuentro de hoy: la primera gran cita de ambos "cracks", que apenas tuvieron protagonismo en el Mundial de Alemania 2006, con su selección. De su duelo saldrá, probablemente, el mejor de la Copa.