NEUQUEN (AN).- Hace 14 años, Independiente sufrió un duro traspié ante el "Rojo" de General Pico y se despidió de la máxima categoría del básquet argentino. Anoche volvió y en medio de los festejos se escuchó muy fuerte el "para nunca más volver".
El quinteto neuquino venció a Pedro Echagüe por 81-60, liquidó la semifinal del TNA por 3-1 y ahora irá por el premio extra, porque jugará la final ante El Nacional (Monte Hermoso). El primer partido irá en la "Caldera" y la fecha se conocerá mañana.
A diferencia del partido del jueves, el arranque tuvo mucho vértigo. Y el que se llevó la mejor parte fue el visitante, porque Leandro García Morales estuvo letal. Anotó 12 puntos en el parcial y resultó clave para que su equipo logre una brecha de 6 (22-16).
Claro que el quinteto neuquino también tiene un jugador desequilibrante: Byron Johnson. Cuando sus compañeros se decidieron a jugar interno, el extranjero rindió, también hizo 12 en el cuarto y gracias a su aparición, el "Rojo" achicó a 2 antes del primer descanso.
De vuelta en cancha, empezaron los movimientos masivos. Los dos técnicos rotaron de manera permanente, no sólo porque varios se cargaron de faltas, sino también porque perdieron eficacia, tanto en defensa como en ataque. Y así como Echagüe se benefició en el comienzo, esta vez le tocó a Independiente, que por fin pudo pasar al frente (36-32).
Si embargo, un par de errores dejaron con vida a los porteños, pero un triple salvador de Martín Aguirrezabala permitió sostener una pequeña diferencia, rumbo a los vestuarios.
Cuando los pronósticos indicaban un cierre para el infarto como en el punto 3, ocurrió todo lo contrario. Se dio un "combo" explosivo y clave en la semifinal rumbo a al A. El "Rojo" mejoró de manera notable en defensa, fue efectivo en ataque y su rival perdió el rumbo.
Byron fue letal como en toda la serie, pero varios se asociaron y al final fue paliza. Leo La Bella y Aguirrezabala golearon parejo, el equipo se serenó, manejó la diferencia y se encaminó a una victoria épica, que lo depositó en la Liga Nacional de básquet luego de 13 años.
Antes del cierre, un susto de aquellos, cuando un hincha local tiró un petardo al rectángulo de juego, desde el sector de populares. Faltaban 7.50 y en el mejor momento del local, hubo incertidumbre, porque el juego se suspendió durante un par de minutos.
Después del "temblor", todo se normalizó y el equipo de Mauricio Santángelo se dedicó a mantener la brecha. Y hasta se dio el lujo de estar sin convertir durante cinco ataques seguidos. Por suerte para el local, su rival tampoco anotó. Se desató la fiesta y fue interminable.