CIPOLLETTI (AC).- "David Sandoval no tuvo nada que ver con la 'masacre del laboratorio'". Esa frase se la dijo el peluquero Sebastián Ballesi al cura párroco de Cipolletti, tras decirle que había sido él quien mató a Alejandra Carbajales, Mónica García y Carmen Marcovecchio, y que también había sido el autor del homicidio de la kinesióloga cipoleña Diana Del Frari.

La grabación del testimonio de Ballesi fue realizada por el padre Juan, con el consentimiento del joven, porque "Sebastián tenía miedo de que no hubieran pruebas para dejar libre a Sandoval", explicó ayer el sacerdote.

Reiteró que el joven de 25 años se declaró culpable de haber cometido los asesinatos de Mónica García, Alejandra Carbajales y Carmen Marcovecchio, ocurridos el 23 de mayo de 2002 y de Diana del Frari, el 14 de agosto de 2001.

Todo el testimonio, que dura unos 22 minutos, fue resguardado en un MP3, que ahora está en manos de la justicia.

"Insistía en que David Sandoval no había sido el culpable de los crímenes... que había sido él. Entonces, como me pareció un dato importante, le propuse grabarlo para que la justicia tuviera elementos de prueba. Aceptó gustoso e hizo toda la declaración que luego presenté a los fiscales".

Con un tono tranquilo, el padre Juan comenzó a relatar quizá, uno de los momentos más intensos de su vida.

Aclaró más de una vez que el relato de Ballesi no se produjo bajo el secreto de confesión y que él sólo cuenta lo que el joven quería que se supiera.

"Es la primera vez que me sucede que una persona me pide que lo acompañe a una comisaría porque quiere declarar su crimen. Además, me dijo que hablara con su familia", contó.

Juan reveló que en su in

tento para que le crean, Ballesi también escribió una carta que debía ser entregada a su madre para que la publicara en el diario.

"Quería dar un ejemplo a otros jóvenes para que no cayeran en todo eso que él cayó", dijo el párroco.

Reconoció que no tiene conocimiento sobre la decisión que tomará la familia ante ese documento, pero aclaró que él les aconsejó "prudencia", y que si decidían publicarla "esperaran a que Sebastián saliera de la crisis" en la que se encuentra.

Ballesi llegó a la parroquia "La Sagrada Familia" aconsejado por su madre después de haber sufrido "crisis de llanto muy profundos y durante varios días", relató Juan.

Dijo de la familia que "son gente muy buena" y que "estaban más que sorprendidos" por la declaración del joven.

Frente a los años que pasaron desde que se cometieron los crímenes y el momento en que Ballesi eligió para autoinculparse, el párroco aseguró desconocer los motivos de esta decisión.

"Sólo podemos suponer cosas -dijo- que si él fue el culpable le debe estar pesando y si no lo es, algo le debe estar pasando para que elija esta forma de manifestarse", atinó a decir.

El párroco no conocía a Sebastián Ballesi con anterioridad. Quizá alguna vez lo había visto por la Iglesia pero no era asiduo a la parroquia.

Tampoco recordaba haber visto su cara.

"A la madre sí. Es practicante, pero no tenía tampoco demasiada relación. Yo hace cuatro años que estoy en la ciudad y de los crímenes sólo conocía los nombres de las víctimas. Ni siquiera sabía los detalles de cómo habían sido", reconoció cuando se excusó de contestar si había datos en la declaración de Ballesi que permitieran suponer la veracidad de sus dichos.

Sin embargo, aclaró que "todas las cosas que dijo fueron coherentes. Dentro de su conmoción, era coherente", enfatizó el párroco. También dijo que no le constaba que el joven hubiera tomado algo antes de ir a hablar con él. "A simple vista no noté nada raro".

En cuanto a la personalidad del joven reconoció que la familia "decía que tenía rasgos místicos".

¿Piensa usted que en algún momento se podía suicidar o manifestó alguna actitud de ese tipo?.

"El comisario tenía temor de eso cuando estuvimos con él. Pero Sebastián insistía en que no quería suicidarse, que quería enfrentar la cosas. Que no tenía miedo de morir pero que quería enfrentar esto y arreglar las cosas con la justicia".

Juan volvió al momento inicial del hecho que conmocionó a la ciudad de Cipolletti después de casi seis años.

En un pormenorizado relato explicó que una vez realizada la grabación, lo acompañó hasta la comisaría Cuarta.

"Allí nos atendió el comisario. Nos sentamos delante de él y le dije que Sebastián tenía algo para contar. Cuando comenzó su exposición, el policía lo paró y le pidió que no siguiera hablando. Llamó a la fiscal e hizo todos los trámites necesarios en ese momento. Entonces después, me pidieron que lo acompañara y lo llevaron a Roca. Tuve que exponer todo lo que me había dicho en el juzgado de Instrucción Nº8. No hablé más que lo que él me pidió que dijera. Una vez que hicimos eso, a él lo dejaron en Roca. Yo volví y hasta ahí es la historia que sé".

¿Habló de los dos casos?.

"Sí. Sí. El declara que fue el autor de esos cuatro crímenes".

¿Y el motivo de la grabación?.

"El tenía miedo de que lo callaran y de que no hubiera pruebas para dejar libre a Sandoval. Es por eso que le sugerí que lo grabáramos y el testimonio lo entregáramos por otro lado. El motivo, simplemente, fue resguardarlo a él".

¿Cómo se sintió usted en ese momento?.

"Estuve tranquilo como ahora. No suelo escandalizarme de los pecados de la gente".