NEUQUEN (AN).-El cordobés con mucho mundo echó raíces profundas en suelo patagónico. Y lo hizo, contrariamente a lo que puede suponerse de alguien tan inquieto como lo es Alejandro Finzi.
Raíces más largas y más profundas que un olmo y con esto lo pintamos de planta entera. Es que ha escrito sobre estas latitudes, sus héroes cotidianos, el furor de viento y arena, mucho más que cualquier tecla nacida y crecida tierras abajo del río Colorado.
Desde hace años, es docente de la Universidad Nacional del Comahue y pedagogo teatral, " pero por sobre todo es un inspirado y prolífico dramaturgo". Entre sus obras lucen Viejos hospitales, Molino rojo, La isla del fin del mundo y Bairoletto y Germinal; y actualmente trabaja en una obra sobre Agustín Tosco.
"La idea es llevar a escena algún momento de la vida de Agustín Tosco, que fue un gran gremialista, asociándolo con El Cordobazo. Creo que la personalidad de ese hombre tiene mucho que decir a la Argentina actual", le confesó recientemente al periodista Gabriel Peralta.
Finzi pivotea su actividad con tutorías de dramaturgia en Cuba, Colombia, Canadá y Francia.