Con amor propio y el empuje de su gente, que colmó el Nuevo Gasómetro, San Lorenzo le dio vuelta un partido muy complejo a Banfield y con el 2-1 alcanzó la punta del Clausura. Las claves del triunfo “Santo”, único invicto que conserva el certamen, fueron la actitud colectiva, el buen desempeño de Ledesma y el oportunismo de sus atacantes.
La multitud que acompañó a los de Ramón Díaz quedó perpleja a los 8, cuando Silvio Gonzalez aprovechó un defectuoso despeje de Silvera y puso en ventaja al “Taladro”.
Hasta entonces el Ciclón había controlado el balón, pero sin inquietar en absoluto a Luchetti. La desventaja generó nerviosismo en el anfitrión, que después del 3-0 ante Boca presumía una tarde tranquila.
Mientras San Lorenzo era pura impotencia, Banfield manejaba el ritmo de la mano de Martín Andrizzi en la conducción y las proyecciones de Roberto Salvatierra por derecha.
Al Ciclón se le complicó del todo el partido por una tontería de Rivero, quien se hizo expulsar por una tan violenta como innecesaria infracción sobre Cvitanich.
San Lorenzo eligió el sector de Ferreyra para atacar, pero la pelota nunca le llegó limpia a los puntas, quienes en consecuencia pesaron poco. Sin embargo, a los 33, Gastón Fernández ingresó al área con pelota dominada, remató y Luchetti dio un rebote que le quedó servido a Silvera.
El Cuqui adelantó el balón para definir y el arquero le cometió penal, que el propio Fernández se encargó de convertir.
El segundo tuvo un alto grado de emotividad. La actitud del local permitió disimular ese hombre de menos, a la vez que Banfield intentó arrimarse a través de centros.
Por esa vía, Cvitanich estuvo a punto de desnivelar. A los 3, luego de un centro de Salvatierra, y a los 9 minutos, tras un envío de González, el atacante motivó sendas y notables respuestas de Orión.
Al contrario de lo que había hecho en el primer capítulo, San Lorenzo insistió por derecha, zona en la que Adrián González se juntaba con Hirsig para gestar avances.
A los 22, Ledesma le metió un excelente pase en cortada a Silvera, quien dentro del área envió un milimétrico centro atrás y Fernández, entrando a la carrera, fusiló a Lucchetti.
Como pudo, Banfield fue a buscar el empate y puso en serios apuros a San Lorenzo, que, ya sin resto físico, se dedicó exclusivamente a sostener el resultado.
Fiel a su historia, el “Santo” sufrió hasta el final, pero ganó y un estadio repleto se desahogó a más no poder por esas 3 unidades y la punta en soledad.