En realidad, si el pronóstico se hubiera cumplido, Stephen Hawking debería haber muerto hace muchos años, aproximadamente en 1966, como consecuencia de una enfermedad neurológica progresiva, la esclerosis lateral amiotrófica (ALS), que ataca a las neuronas que controlan los músculos voluntarios.
Pero felizmente, los médicos, los jóvenes estudiantes de la elitista Universidad de Cambridge que hicieron el pronóstico entonces, se equivocaron. Y así, cuatro décadas después, Hawking sigue viviendo, aunque con graves discapacidades.
Es el científico más conocido del mundo y hoy cumplirá 65 años. Hasta esa fatídica fecha pronosticada por los médicos, la vida de Hawking se desarrollaba de forma casi normal. En la escuela y en la universidad era considerado inteligente, pero de ninguna manera un genio. Tras estudiar algunos semestres física en Oxford, Hawking se había decidido a hacer estudios universitarios de cosmología en Cambridge, cuando comenzó a tener problemas de salud. En 1963 los médicos le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad incurable, que iba a destruir su sistema nervioso. Entonces le dieron tres años de vida.
Pero Hawking escribió su trabajo de doctorado, se casó, tuvo tres hijos y comenzó a desarrollar sus teorías sobre el origen del Cosmos.(DPA)