BUENOS AIRES (Télam).- Cultor de los excesos en la vida y en su obra de más de dos décadas, Joaquín Sabina aseguró en Buenos AIres que "pude quitarme de la droga de la noche a la mañana". "Siempre discuto con Diego Maradona porque él está asustado y dice que el drogadicto lo es siempre y yo digo que no. He podido quitarme y desde hace seis años y hasta hoy no volví a ella aunque no diré que no he tenido cierta nostalgia", relató.
Para lograr despegarse de esa adicción, el trovador destacó que "no me interné y no he hecho nada raro porque detesto profundamente a los psiquiatras. Creo que uno lo puede hacer perfectamente solo y sin transformarse en una monja fundamentalista, pero la nariz es sólo para respirar".
En ese mismo tono intimista y polémico, comentó que "hay médicos amigos que me dicen que hago más daño ahora que antes con mis mensajes porque digo que uno se puede quitar 'facilísimamente' de la droga y ellos me piden que lo cuente más feo y más duro, pero yo me quité de la noche a la mañana y no sueño con ella".
"Pero -advirtió- no por eso me voy a convertir en un tipo que juega partidos contra la droga porque a mí me fue bien durante unos cuantos años". Aunque su relación con la cocaína no tuvo parentesco con la lesión cerebral que lo tuvo al borde la muerte -"yo la había dejado antes, después de 15 días sin dormir camino a Marrakesh, cuando me vi muy atropellado, muy incapaz de pensar con un cierto orden", repasó- dijo que ese cuadro médico agudizó la toma de conciencia. "Si quería vivir debía levantar un poco el pie del acelerador y entonces decidí que quedaban cosas disfrutables en la vida, entre ellas, la cancha de Boca", redondeó.