LA PAZ (AFP/AP) - El superintendente interino de Hidrocarburos, Santiago Berríos, renunció ayer a su cargo apenas dos semanas después de ser nombrado por el gobierno del presidente Evo Morales.
Berríos, un abogado de 68 años, denunció "presiones" para ratificar en el cargo a una funcionaria de alto rango vinculada al oficialista Movimiento Al Socialismo, de Morales, que desdijo un informe de la misma institución que en julio pasado acusó de corrupción al titular de la petrolera estatal YPFB, Jorge Alvarado, ya removido de sus funciones.
Berríos, que reemplazó en la cabeza de la superintendencia a Víctor Hugo Sáinz, destituido por denunciar a Alvarado, intentó relevar a cinco funcionarios de mando medio por "falta de méritos profesionales" para el desempeño de sus funciones.
La dimisión fue elevada anoche a Morales, quien aún no se había manifestado sobre el particular.
En tanto, el gobierno boliviano anunció que firmará a principios de octubre los primeros contratos con las petroleras bajo las reglas de la nacionalización de hidrocarburos, según indicó el ministro de ese renglón, Andrés Soliz.
Las negociaciones comenzaron el martes con la francesa Total y siguieron el viernes con Chaco, controlada por Pan American Energy, donde la British Petroleum tiene mayoría accionaria.
El ministro de Hidrocarburos dijo a los periodistas que las conversaciones "van por buen camino''. Cuando se le preguntó si creía que las petroleras aceptarán quedarse en Bolivia, señaló que ``es lo más probable''.
"En el curso del mes iremos afinando los detalles para que la primera semana de octubre estemos firmando los contratos. Tenemos esa confianza y esperamos que así suceda'', añadió. Según el funcionario, en Total y Chaco han encontrado buena predisposición, "y lo que es más importante, llevar las negociaciones respetando la nacionalización''.