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Lunes 04 de Septiembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 24 y 25 > Internacionales
Decepciones en tiempo de descuento

Cada mañana, cientos de afganos se aglomeran frente a la oficina de visados de la embajada iraní en Kabul. En el pasado eran refugiados en el vecino país, pero tras las promesas del gobierno afgano de trabajo y un futuro, retornaron... y fueron amargamente defraudados.

En su país natal no hallaron empleo ni una perspectiva de futuro. Ahora quieren volver a Irán, pero no huyendo de una guerra civil, sino de la pobreza. Corrupción, narcotráfico, un gobierno con frecuencia incompetente, un presidente débil, la insurgencia en el sur y el compromiso a medias de la comunidad internacional: la situación en Afganistán es cada vez más crítica.

En junio de 2004, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, calificó a Afganistán de "el primer triunfo en la guerra contra el terrorismo". Entretanto está claro que esa declaración fue prematura. "No estamos en una fase postconflicto, sino en una fase del conflicto", dijo un diplomático europeo en Kabul.

Cinco años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y de la posterior caída del régimen radical-islámico talibán, se hicieron fuertes las advertencias de que la comunidad internacional podría fracasar en Afganistán.

"Luego de cinco años, no vemos ningún avance, sino un retroceso", dijo el escritor y miembro de la comisión de derechos humanos afgana, Kasim Ajgar. "Eso es lo opuesto a lo que esperaban las personas".

Los talibán se están haciendo cada vez más fuertes y tienen seguidores en todo Afganistán, indicó Ajgar. La seguridad empeoró a nivel nacional. La pobreza, que empuja a las personas a los brazos de los rebeldes, alcanzó un máximo. También el cultivo de plantas de las que se extraen drogas se incrementó. El escritor resumió: "El gobierno fracasó".

Las tropas internacionales, en particular los soldados estadounidenses, hirieron sentimientos religiosos, bombardearon a civiles y encarcelaron a inocentes, criticó Ajgar.

Por su parte, el jefe regional de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), Hans-Hermann Dube, dijo que los pashtunes en el sur, donde desde hace meses hay una sublevación, fueron "más cobijados con bombas que con ayudas al desarrollo". Ellos están frustrados porque colectivamente son vistos y combatidos como talibán. "Desde hace años que deberíamos haber introducido allí masivamente ayuda para el desarrollo, para al menos mostrarle a las personas un rayo de esperanza en el horizonte", indicó Dube.

Una rápida reconstrucción en el sur, que debe ser adecuada a las necesidades de las personas, "ese es el único camino para salvar todavía al país", según Dube. "Debemos salir lo antes posible de la trampa de la guerra", instó el alemán. Mucho tiempo no queda. "Creo que tal vez tenemos aún un año de tiempo para cambiar la marcha", añadió. En caso contrario, las fuerzas radicales triunfarán y "se producirá una yihad (guerra santa) contra los extranjeros", vaticinó Dube. (DPA)

 
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