NEUQUEN (AN) - "No es justo. Mire lo que queda... ¡Nada! Es todo lo que teníamos, lo hicimos en 18 años y ahora no tenemos nada". Gianina es una de las hijas de Raúl Guillermo Pili, el mecánico que ayer roció con combustible y se prendió fuego para evitar que lo desalojaran. No lo logró. La vivienda pasó a ser un terreno junto al arroyo Durán y será un espacio verde.

Anoche, mientras contemplaba lo que había sido su casa, en medio del llanto, dijo que su familia no sabe a dónde irá a vivir, pero que por el momento lo que les preocupa es salud de su padre.

"Está muy grave. Qué vamos a decir, está muy mal y ahora hay que esperar a ver cómo evoluciona. Le están haciendo estudios bronquiales... Pero está mal", señaló.

Se quejó de cómo la trató la policía en la mañana, cuando se llevó a cabo el desalojo y también apuntó contra los vecinos. "No, para nada. No me siento apoyada por los vecinos. Mi padre había salido a buscar firmas... Todos saben que hace muchos años vivíamos acá... Y esta mañana tampoco vino nadie (a ayudarles a evitar el desalojo)", apuntó la joven.

Dijo que también vivía en la casa, junto a su esposo y una hija de un año y siete meses.

Relató que sus padres son oriundos de Coronel Dorrego, de la provincia de Buenos Aires, y que desde que llegó a Neuquén su padre se ubicó en ese lugar. "Esto era una toma, era un rancho, no había nada. Y mis padres fueron haciendo lo que teníamos con trabajo, porque llegaron con una mano atrás y otra adelante. Habían venido sin nada... Yo tenía dos años cuando llegamos".

Comentó que su padre no se había resistido a entregar la tierra, pero les dijo que le dieran "algo, al menos, con papeles, pero que le reconocieran su esfuerzo de 18 años".

La joven dijo que los vecinos pueden testimoniar que su padre "nunca molestó a nadie, jamás jodió a nadie" Gianina se mostró cauta sobre el estado de su padre. "Está con vendas en las manos y el cuerpo", le relató a una vecina que se acercó a hablarle.

"Ahora -era cerca de las 20- está dormido, pero cuando llegó al hospital estaba lúcido y podía hablar", comentó respecto de Pili.

Puso en la mira de sus cuestionamientos a los efectivos que participaron del desalojo. "Nosotros estábamos durmiendo cuando nos fueron a golpear. No tuvieron la menor consideración. A mi me pegaron y me amenazaron... Estaba con mi hija pequeña, pero igual me golpearon", señaló.