25 de MAYO (ACA).- El pueblo ha cambiado. Lo dicen los gobernantes pero también lo afirma la gente por las calles. El mérito de ese cambio tiene muchas firmas, pero un solo autor: la gente.

Desde la función pública se habla de la formación de una empresa petrolera provincial, desde el Municipio se señala la construcción del parque industrial y el asentamiento de empresas, además de la gestión de puestos de trabajo, pero desde la crónica, 25 de Mayo se acostó una noche siendo un pueblo agrícola, se levantó al día siguiente vestido de piquetero y se desayunó petrolero.

Tal vez un pueblo hable de sí mismo con mayor nitidez a través de sus rebeliones. Son las crisis las que escarban hasta la raíz del subconsciente, revelando que muchas veces los límites siempre están un poco más allá del alambrado de la razón. Así, 25 de Mayo despertó a su metamorfosis petrolera, a partir de exigir sus derechos, haciendo un by pass a las representaciones formales.

Es que la democracia prevé elegir sus representantes para que éstos, satisfagan las necesidades de sus representados con acciones políticas. Pero el poder está en la gente, en el voto o en casos especiales- en el piquete.

Fue un piquete el que le dio identidad petrolera. Esa "señal de humo", como incienso que lleva las oraciones al dios del olvido, despertó hasta al propio poder político tanto provincial como municipal. A partir de allí, los gobernantes tripulantes de la política, arte de la anticipación- comenzaron a actuar. Y el beneficio, según los propios funcionarios con representatividad popular, comenzó a llegar directa o indirectamente a todos los históricos vecinos de este pueblo.

Haciendo un poco de historia, allá por principios del 2004, apenas un puñado de vecinos, cortaron una pasarela, debajo de la cual pasaban y pasan millones de dólares en petróleo.

Cortar la ruta provincial fue el paso siguiente. Desde allí, enfrentando la presión policial acompañada de la invitación del entonces Ministro de Gobierno de levantar la medida, despertaron también la conciencia del resto de los veinticinqueños y nació la pueblada. Hoy (nadie lo dice) pero esa pueblada fue la punta del ovillo de acciones que emprendería casi en el acto el gobierno provincial. Actualmente, según reconoce el propio intendente Jorge Poletti, la actividad petrolera ha generado importantes beneficios, tanto en puestos de trabajo, como en asentamientos de empresas, a punto tal que ya se han vendido catorce terrenos en el parque industrial.

En la actualidad, el desafío político es poder continuar con el aprovechamiento de los recursos naturales, la exigencia de ocupar mano de obra local, brindar capacitación (ya se ha proyectado hacerlo conjuntamente con el sindicato de petróleo y gas privado de Río Negro y Neuquén) para satisfacer la demanda de mano de obra especializada, y fundamentalmente incentivar y apoyar la producción agrícola-ganadera.

A la par, el mayor desafío es evitar la "cultura piquetera". Es que después de la pueblada del 2004, hubieron varias movidas similares, hasta una reciente que no obtuvo respuesta. Desde el ejecutivo municipal, se explica que la desocupación ha bajado notablemente y que se avisora que la demanda sobrepasará a la oferta local.

A un costado, con una mirada de temor, las chacras miran y esperan no quedarse sin hombres que empuñen el arado.

Ahora ha llegado el turno del poder político; al fin y al cabo, el pueblo ha puesto el timón en sus manos.