La sentencia es segunda instancia, y que en el plano deportivo ya no tiene nivel de apelación, también dispuso de beneficios personales. Sólo Luciano Moggi (ex director general) y Antonio Giraudo (ex administrador delegado), ambos de Juventus, vieron confirmadas sus penas iniciales de cinco años de inhabilitación deportiva. A los demás directivos implicados en el escándalo de partidos arreglados les redujeron las sanciones.
En la Lazio, su presidente Claudio Lotito deberá purgar una inhabilitación de dos años y medio, doce meses menos que lo dictado el 14 de julio. Diego della Valle, patrón del Fiorentina, se benefició con una rebaja de 90 días en la pena, que quedó en tres años y nueve meses.
El ex presidente de la Federación italiana, Franco Carrazo, fue condenado en primer grado a cuatro años y medio de inhabilitación, sanción que se borró de un plumazo y de la que sólo quedó una multa de 80.000 euros. Además, el consejero del Milan Adriano Galliani sólo afrontará una pena de nueve meses y el árbitro Massimo De Santis, condenado en primer grado a cuatro años y medio, apenas pasará fuera de las canchas seis meses.