LA HAYA.- La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya rechazó ayer en forma casi unánime el pedido de Argentina de detener provisionalmente la construcción de dos plantas de celulosa en territorio uruguayo, al considerar que no existe una amenaza de "daño irreparable" para el Río Uruguay. La resolución no cierra la controversia ante ese tribunal sino que, por el contrario, dio paso al inicio de lo que será el juicio en esa instancia internacional.
En su fallo, la CIJ advirtió sin embargo que Uruguay asume "todos los riesgos" vinculados con la construcción de las papeleras por parte de las empresas finlandesa Botnia y española Ence en la localidad de Fray Bentos, un proyecto que representa una inversión de 1.800 millones de dólares, la mayor de la historia para el país sudamericano.
La decisión de la CIJ fue adoptada por 14 votos contra uno, indicó en su lectura del fallo la presidenta del tribunal, la jueza británica Rosalyn Higgins, ante los representantes de ambos países, separados por apenas un metro de distancia en la gran sala de audiencias del Palacio de la Paz de La Haya.
Con una interpretación ajena a los datos que arrojó la votación de 14 contra 1 en favor de la Argentina, el fallo fue interpretado como "satisfactorio" por el gobierno de Kirchner. (Ver pág. 4)
Luego de conocerse el dictamen en Holanda, la principal preocupación de Casa Rosada fue tratar de contener a los ambientalistas de Gualeguaychú, que anoche definían si vuelven a cortar puentes al Uruguay. Cualquier medida de fuerza desde Entre Ríos puede volver a empañar su estrategia. "El regreso de los cortes es la peor decisión porque debilita la postura argentina, pone como eje los cortes y no la violación del Estatuto Río de Uruguay y encima instala el tema en el Mercosur", aseguró anoche una fuente oficial.
Desde el lado uruguayo primó la mesura. "Se nos ha dado la razón, pero la misma debe ser administrada con corrección y equilibrio", subrayó el canciller uruguayo Reinaldo Gargano, quien invitó a las autoridades argentinas a realizar "estudios y monitoreos en conjunto de los cursos hídricos en común -río Uruguay y de la Plata- y de las plantas de celulosa". (Ver pág. 4)
El presidente Néstor Kirchner mantuvo hermético silencio e incluso evitó tomar contacto con los periodistas durante un acto en Casa de Gobierno, y ninguno de sus habituales voceros, como el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, o el ministro del Interior, Aníbal Fernández, se refirieron tampoco al tema.
Desde el Gobierno, la Cancillería manifestó su "satisfacción" por la decisión, ya que los "derechos de los argentinos están preservados", y en todo momento se admitió que había "muy pocas posibilidades" de que el Tribunal Internacional de Justicia resolviera a favor del país, por la falta de pruebas.
La secretaria de Ambiente, Romina Picolotti, y el responsable de esa área de la Cancillería, Raúl Estrada Oyuela, entre otros, expresaron un moderado optimismo a futuro y exhortaron a los ambientalistas a no volver a los cortes de ruta.
Los pobladores de esa ciudad entrerriana, convocados por la asamblea ambiental, recibieron con decepción y expresiones de combatividad la decisión adversa del Tribunal de La Haya, conocido alrededor de las 6 de Argentina (11, hora de Holanda).
La lectura del fallo fue seguida desde el teatro de Gualeguaychú colmado de asistentes, quienes expresaron su decisión de seguir luchando.
La Corte Internacional entendió que Argentina no pudo "convencer" en su denuncia que las dos plantas en Fray Bentos producirán "daños irreparables" al medio ambiente.
(AFP, DyN y R.Central)
