Tenía 21 años y estudiaba servicio social en la UNC. El día que la secuestraron, un 9 de junio, debía dar una función de títeres en Cinco Saltos, donde vivía y trabajaba. Viajaba todos los días a esta capital en un Fiat 600 que le había comprado su padre. "El cabello lo tenía rubio y lacio, la cara algo ancha y una nariz de morrón como la madre", la describieron sus familiares. "Al enterarse que había sido detenida, su familia salió a buscarla. Recorrió comisarías y centros militares. En todos lados la misma respuesta: no sabían nada de ella", dice la investigación. Estaba en la casa de Susana Mujica, su profesora, cuando fue sorprendida por un despliegue militar que cercó la vivienda. La interrogaron y se la llevaron. Fue vista en el centro de detención "La escuelita" de Bahía Blanca.